He aquí las incógnitas y los posibles escenarios políticos de cara a las elecciones generales británicas del 7 de mayo.
La clase política británica tal vez es inmune a las experiencias de otros países y considera que el buen gobierno es el gobierno de la mayoría y que la coalición entre los partidos conservador y liberal que ha dirigido el país durante cinco años es algo excepcional; pero da la impresión de que los electores británicos no piensan lo mismo. Si las encuestas no se equivocan, y hace meses que dan los mismos resultados, lo más probable es que las elecciones generales del próximo 7 de mayo produzcan un gobierno en minoría o un acuerdo como el que ha existido entre David Cameron y Nick Clegg desde 2010.

Este tipo de acuerdo es habitual en el resto de Europa -especialmente en el motor económico del continente, Alemania- y en países de la Commonwealth como Canadá y Nueva Zelanda. En ninguno de esos lugares provoca un caos como el que a muchos expertos mediáticos de Londres les gusta predecir. Tratar de adivinar cómo será el gobierno del Reino Unido tras los comicios es una labor interesante, porque el número de combinaciones ha crecido a medida que ha cambiado la situación de los partidos políticos británicos. El mayor cambio es, sin duda, el enorme aumento de popularidad del Partido Nacional Escocés, a pesar de haber perdido el referéndum sobre la independencia hace unos meses. Si el SNP arrasa en Escocia, será un problema para el Partido Laborista, que se quedará sin parte de su base, para los conservadores, que de todas formas tienen escasa relevancia al norte de la frontera, y para los liberales, cuyas raíces escocesas tradicionalmente sí importan mucho.
El desafío a la situación constitucional actual, el Acta de Unión, que se remonta a 1707, sería inmenso. ¿Por qué? El apoyo al SNP está concentrado en Escocia, igual que ocurre con otros partidos similares y más pequeños en Gales e Irlanda del Norte, pero en el caso escocés tiene mayor dimensión. Al fin y al cabo, Escocia constituye el 30% del territorio del Reino Unido y el 10% de su población, y no hay que olvidar el ingenio y la cultura de una gente de la que el escritor George Bernard Shaw dijo: “Que Dios ayude a Inglaterra si no tiene a los escoceses para que piensen por ella”. Si el SNP obtuviera 56 de los 59 escaños de Escocia, como indican algunos sondeos, eso querría decir que el 4% de los votos totales del Reino Unido producirían el 9% de los escaños en Westminster. El SNP tendría el poder necesario para colocar al Partido Laborista en el gobierno.
El jefe laborista, Edward Miliband, ha rechazado la oferta de un acuerdo postelectoral que le ha hecho en repetidas ocasiones la líder del SNP, Nicola Sturgeon. Su motivo es fácil ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF