A pesar del escándalo, el programa nuclear iraní todavía no ha violado las leyes internacionales. Ha llegado el momento de tranquilizarse, pensar y, sobre todo, detener la carrera hacia la guerra.

 









Iran
AFP/Getty Images

 









El ex subdirector del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) Olli Heinonen está alarmado porque Irán ha empezado a producir uranio enriquecido al 20%, en unas nuevas instalaciones enterradas a gran profundidad, y calcula que los científicos iraníes podrían purificar aún más el material, hasta el 90% necesario para fabricar una bomba, en el plazo de unos seis meses. Sin embargo, esta predicción se basa en hipótesis no comprobadas sobre las intenciones de Teherán y no sirve más que para dar más munición a los halcones de Washington que querrían precipitar a Estados Unidos en otra guerra desastrosa en Oriente Medio.

Si Teherán enriqueciera el uranio hasta el 90%, se vería obligado a romper sus 40 años de adhesión al Tratado de No Proliferación nuclear (TNP), una medida radical que seguramente provocaría una rápida acción militar por parte de EE UU o Israel. Además, Heinonen no dice que, de acuerdo con el Organismo Internacional de la Energía Atómica, “todo el material nuclear en las instalaciones está bajo la contención y la vigilancia del Organismo”. El OIEA considera que el uranio enriquecido al 20% es poco enriquecido y “una barrera isotópica totalmente suficiente” para la utilización en armamento.

Esta no es la primera vez que los halcones hacen sonar la alarma sobre el programa nuclear de Irán y dicen que el cielo se nos viene encima. Los plazos hipotéticos y angustiosos para la existencia de una bomba iraní se suceden casi sin descanso desde los tiempos del Sha.  Por ejemplo, en 1992, el ministro de Exteriores israelí, Simon Peres, dijo que el régimen de los ayatolás iba a tener cabezas nucleares para 1999.  Al presentar la perspectiva más pesimista como una posibilidad realista, esos agoreros invitan a adoptar políticas duras que, a su vez, provocan una reacción más dura todavía por parte de Irán, con lo que crean un círculo vicioso de escalada de la situación.






























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En realidad, Irán no está haciendo nada que infrinja su derecho legal a desarrollar tecnología nuclear. Según el TNP, no es ilegal que un Estado miembro posea capacidad de fabricar armas atómicas, una “opción nuclear”. Si un país tiene un ...