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Una pancarta de la Unión Europea colocada por el despliegue de la Misión de Observación Electoral (MOE) de la UE el 28 de octubre de 2021 en Caracas, Venezuela.

El dilema electoral en Venezuela: una oposición dudosa, unas misiones de observación electoral que pueden socavar a la oposición y otras cuestiones podrían poner en peligro las elecciones en el país. ¿Cuáles son los escenarios posibles?

De nuevo la oposición democrática de Venezuela se encuentra frente a un dilema electoral. Esta vez, sin embargo, no es (por completo) obra suya. El peso moral de si participar o no en las elecciones regionales y locales del 21 de noviembre y, en su caso, de cómo hacerlo recae con más fuerza en la Unión Europea. El anuncio, potencialmente prematuro, de la UE de que enviará observadores a la votación de noviembre, amenaza no solo con socavar a la díscola oposición democrática de Venezuela y la credibilidad de las negociaciones en curso, sino también con erosionar aún más normas y prácticas que tienen décadas de antigüedad y que ya están siendo atacadas por países como Rusia, China, Nicaragua, Turkmenistán y Kazajistán.

Que esto acabe sucediendo dependerá de si el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, y la responsable de la Misión de Observación de la UE, Isabel Santos, se comprometen con estándares internacionalmente reconocidos para la observación electoral y los defienden luego sobre el terreno.

 

Reconectar mediante las elecciones

Tras las presiones llevadas a cabo por la Administración Biden, el grueso de la oposición venezolana accedió a participar en las elecciones del 21 de noviembre como gesto de buena fe en las negociaciones con el gobierno de Maduro. Como ya he escrito con anterioridad en Global Americans, la negativa reiterada de la oposición venezolana a participar en elecciones gestionadas por los gobiernos de Chávez y Maduro ha sido un error. Las elecciones de la Asamblea Nacional de 2005 estuvieron lejos de los juegos amañados y carnavalescos en los que se han convertido más recientemente; la decisión de la oposición de quedarse al margen en esa ocasión ha socavado sus reclamaciones legítimas en contiendas posteriores. Incluso en las elecciones injustas y antidemocráticas del régimen de Maduro de los últimos tiempos, la oposición ha perdido más de lo que ha ganado con sus boicots.

Las elecciones, incluso las fraudulentas, brindan un momento cívico único para que los demócratas interactúen con la opinión pública y construyan las instituciones de su partido mediante la selección de candidatos y la comunicación con la gente. Y el proceso de llevar a los votantes a las urnas y a las calles es una oportunidad importante para que los líderes defiendan públicamente los derechos de participación y representación democrática de los ciudadanos, aunque solo sea como contraste con la farsa organizada por el régimen. Otros eventos menores, como la mal planificada votación de protesta online que la oposición organizó el pasado diciembre para la Asamblea Nacional de 2020, ...