
El federalismo podría ser la última opción que le quede a una Siria postconflicto. ¿Cuáles son los argumentos a favor y en contra de este modelo?
Uno de los debates que con mayor intensidad se vivirá en Oriente Medio una vez que Raqqa, la actual capital del Califato, sea liberada, girará sin lugar a dudas en torno a la cuestión kurda y al modelo federal que ésta parece implicar. La idea fue lanzada por el Viceministro ruso de Asuntos Exteriores hace unas semanas, antes del inicio de una nueva ronda de negociaciones de paz en Ginebra. Algunos expertos como el historiador James Barr consideran que una solución federal podría ayudar a resolver un conflicto, recién entrado en su sexto año con cifras récord de muertos, heridos, desaparecidos, desplazados y refugiados. En vista del rechazo de una mayoría de sirios y varios actores internacionales frente a una recién anunciada solución federal, todo indica que se avecina una nueva crisis en Siria, con un futuro ya plagado de disyuntivas.
No hay que olvidar que Siria es un país hasta ahora extensamente centralizado, pero enormemente rico desde el punto de vista de la diversidad étnico-religiosa. Aunque la mayoría de la población es musulmana suní, cuenta con dos importantes minorías: los alauíes y los kurdos. Además, hay una minoría cristiana desperdigada -lo que queda de ella- por todo el país, una asiria y otra drusa concentrada principalmente en la provincia de Soueïda al sur. Sin embargo, el nacionalismo kurdo y otro tipo de confesionalismos son considerados movimientos recientes, algo lógico si se tiene en cuenta la inspiración panárabe del partido baazista en el poder y el sentimiento patriótico que reina en no desdeñables porciones de la población. El sentimiento de identidad kurda se vio enormemente impulsado tras los enfrentamientos de marzo de 2004 entre kurdos y árabes durante un partido de fútbol en la ciudad de Qamishli. Este comunitarismo sigue de hecho siendo menos pronunciado que en Irak o en Turquía.
Antes de 2011, Siria era un país relativamente heterogéneo en muchos de sus territorios: varias comunidades étnicas y/o religiosas se han visto obligadas a desplazarse y concentrarse con los suyos a lo largo del conflicto. Siria se encuentra en la actualidad dividido de facto entre varias zonas de influencia: grosso modo, el noreste dominado por milicias kurdas, el norte en manos de una oposición suní, la región costera y el sur en manos del régimen alauí (lo que ellos denominan la “Siria útil”), el centro controlado por el Estado Islámico. El régimen tiene todavía la esperanza de reconquistar la totalidad del territorio sirio y ningún interés, diríase, en compartir el poder. La oposición oficial siria, representada por el Alto Comité de Negociaciones, considera que la unidad del país es una línea roja, ya que la idea de una federación representaría el preludio de una división de Siria. Ambos contrincantes están de acuerdo en un único punto: su ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF