Funcionarios, miembros de ONG y otros ciudadanos se manifiestan contra los recortes del Gobierno en España. (Cesar Manso/AFP/Getty Images)
Funcionarios, miembros de ONG y otros ciudadanos se manifiestan contra los recortes del Gobierno en España. (Cesar Manso/AFP/Getty Images)

Cuáles son las opciones políticas que podrían ayudar a construir un sistema más justo.

El mundo occidental está a las puertas de una convulsión política profunda y prolongada. El factor que vincula hechos aparentemente aislados como el Brexit, la victoria de Donald Trump en EE UU y el ascenso del Frente Nacional en Francia es la ruptura general de la confianza en el orden liberal y las élites que lo representan. Esa pérdida de confianza ha dado poder a los populistas de derechas y de izquierdas y es una reacción directa a un cambio estructural en la forma de generar y distribuir riqueza en nuestras sociedades. Si no afrontamos de una vez por todas esa brecha estructural, se verán sacudidos los cimientos de nuestro orden político. Lo que va a ser necesario en las próximas décadas, por consiguiente, es la construcción de un nuevo contrato social, en el que la mayoría de los ciudadanos sientan que se les da una parte apropiada de las oportunidades y la prosperidad creadas en nuestras sociedades.

El orden liberal, constituido por el libre mercado, el libre comercio, unas fronteras porosas y el Estado de derecho, es un tremendo generador de prosperidad. Si se examina cualquier parámetro para medir la prosperidad material, los datos no pueden ser más convincentes: nunca hemos sido tan ricos como ahora. Esto es indiscutible a escala mundial, con un PIB que ha pasado de 1,1 billones de dólares en 1900 a 77,9 billones de dólares en 2016 (ambas cifras, en dólares estadounidenses de 1990). Y es también cierto en el plano nacional. Estados Unidos, por ejemplo, recuperó los niveles anteriores a la crisis en 2012, y hoy es, por consiguiente, más próspero que nunca. Su PIB per cápita actual es 53.000 dólares, más de 10 veces el de 1960. Se ven cifras de crecimiento similares en Reino Unido, España y otros países occidentales; sin embargo, todos ellos están viviendo una inmensa agitación política. La conclusión es que el hecho de que la marea de populismo cuestione el sistema liberal es un problema de inteligencia o, para decirlo de otra forma, una manifestación de nuestra incapacidad de gobernar la prosperidad.

Detrás de la explosión de riqueza mencionada se encuentran el desarrollo tecnológico y el aumento de la productividad resultante. Pero estos dos factores también están contribuyendo a alimentar nuestros problemas actuales. La primera vez que el cambio tecnológico produjo la sustitución de la fuerza física de humanos y animales por máquinas fue durante la primera revolución industrial. Ahora bien, desde la aparición de los ordenadores avanzados, lo que ha empezado a sustituirse en el lugar de trabajo físico es la capacidad de procesamiento de información; estamos reemplazando el cerebro humano por robots avanzados y algoritmos. Un informe reciente de Oxford Martin School calculaba que casi el 50% de todos los trabajos actuales corren el riesgo de estar automatizados en las dos ...