
Estados Unidos, China y la Unión Europea están avanzando en la creación de monedas digitales oficiales que puedan competir e incluso desplazar a criptomonedas como Bitcoin o Ethereum.
Los medios internacionales lo han recogido como si fuese una auténtica estampida. Así, nos aseguran, más de 110 países, que representan en conjunto el 95% del PIB mundial, se están planteando introducir monedas digitales oficiales o CBDC por sus siglas en inglés. Obviamente, la irrupción de un dólar, euro o yuan digitales va a afectar de lleno a las principales criptomonedas. Las CBDC pueden cumplir mejor que Bitcoin o Ethereum con la función de medio de pago, activo de inversión y unidad de medida de precios y servicios. Además, la digitalización de las CBDC puede abaratar y agilizar las transacciones en dólares o euros.
Es verdad que tanto Bitcoin como el euro o el dólar digital son dinero fiduciario y, por lo tanto, su valor depende, en gran medida, de la confianza de sus usuarios. Aunque ni el euro digital ni Bitcoin van a estar respaldados por oro o por ningún activo estable y escaso, las grandes CBDC contarán como hasta ahora con el aval y la gestión de los grandes bancos centrales. Y eso es lo que les otorgará un plus de credibilidad en una carrera en la que ya partían con una ventaja impresionante: cientos millones de usuarios en todo el mundo llevan décadas confiando en sus dólares y sus euros, y operando con ellos tanto en efectivo como mediante apuntes en cuenta. ¿Por qué iban a mirar ahora con peores ojos los euros y dólares digitales?
Muchos inversores sofisticados creen más en Bitcoin que en las divisas oficiales. Consideran, con razón, que los bancos centrales siempre han manipulado su valor y que esta manipulación se ha redoblado en los últimos 15 años, con las políticas monetarias de antes, durante y después tanto de la gran crisis financiera de 2008 como de la tragedia pandémica o la inflación elevada y persistente que la siguió. Estos inversores sofisticados comparan favorablemente el despropósito de los cañonazos de liquidez de la FED o el BCE con las benditas dificultades que suponen extraer y producir bitcoins. La manipulación de la oferta, y por lo tanto del valor, es mucho más difícil en las criptomonedas. No estamos a merced de los políticos.
De todos modos, esos inversores son una minoría, algo que queda bien reflejado en que menos de 100 millones de personas disponen de monederos digitales de Blockchain en todo el mundo. Estos monederos son esenciales para operar, por ejemplo, con Bitcoin. Todo parece sugerir que los grandes fondos no se sienten cómodos con la enorme volatilidad de las monedas aunque inviertan en ellas, en pequeñas dosis, como activos de alto riesgo.
Muchos usuarios tampoco se sienten cómodos con que las criptodivisas sean tan volátiles. A la inmensa mayoría le sigue gustando que el valor del dinero con el que paga sus bienes, cobra su sueldo y ahorra en el banco ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF