¿Qué consecuencias tendría el lanzamiento de un ataque nuclear para Putin y la guerra en Ucrania? Una conversación entre los economistas, Maxim Mironov y Georgy Egorov.
¿Qué hace un dictador cuando se da cuenta de que está perdiendo la guerra que ha empezado? ¿Existe alguna estrategia racional en esta situación? ¿Y qué pasará si Putin lanza un ataque nuclear táctico contra Ucrania?
Maxim Mironov (MM), Economist, Professor of Finance, IE Business School:

Nunca ha habido un caso en la historia de un país con un gran arsenal nuclear que haya librado una guerra a gran escala y haya amenazado con utilizar esas armas nucleares. Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki son completamente diferentes de la situación actual, no hay comparación ni, por tanto, datos para valorar los acontecimientos actuales. Por eso es útil examinar esta situación desde la perspectiva de la economía política y la teoría de juegos, para analizar el comportamiento de los “jugadores” (es decir, las partes del conflicto), evaluar las posibles estrategias y sopesar los pros y los contras de esas estrategias.
Georgy, ¿qué opinas de la situación? ¿Qué estrategias están siguiendo Putin, Estados Unidos y otros países occidentales, además de India y China? ¿Qué medidas podrían evitar la peor de las situaciones y disuadir a Putin de utilizar armas nucleares?
Georgy Egorov (GE), teórico de juegos, profesor de la Kellogg School of Management:
Si analizamos el contexto en términos de economía política y teoría de los juegos, tenemos que definir los objetivos de los jugadores antes de abordar sus estrategias. No podemos hablar de lo que hará Putin y de cómo evitarlo sin entender primero qué quiere conseguir: la probabilidad del resultado que está maximizando, por utilizar términos de la teoría de juegos. Hay una gran incertidumbre. Disponemos de investigaciones sobre lo que quieren los políticos en países no democráticos. Lo que no sabemos es si es totalmente aplicable a Putin.
Por ejemplo, si creemos que el objetivo de Putin es permanecer en el poder el mayor tiempo posible, entonces ha estado maximizando este resultado de manera bastante mediocre, al menos en el último año. Para conseguir ese objetivo debería haber mantenido las políticas de los últimos siete años, intentar que se levanten gradualmente las sanciones a cambio de algún tipo de concesiones en el Donbás, en el marco de los acuerdos de Minsk u otro pacto similar. Pero está claro que esto no es lo que ha hecho.
Con toda probabilidad, su objetivo es la gloria. Quiere que la historia lo conozca como “el recolector de tierras”, el gobernante que aumentó el tamaño de los territorios de Rusia. Se esfuerza por ser lo contrario de Gorbachov y de Yeltsin y aspira a ser Catalina ...
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