Guerras de papel en tierras bíblicas

A pesar de vivir en una situación de guerra permanente, los israelíes siempre han encontrado tiempo para la lectura.

FP ha hablado con David Ehrlich, dueño de la librería y café Tmol Shilshom de Jerusalén y ha comprobado, quizá sin demasiada sorpresa, que las cuestiones relativas a la identidad política y religiosa están profundamente enraizadas en la literatura del país.

FOREIGN POLICY. ¿Qué libros de no ficción está leyendo la sociedad israelí?

David Ehrlich. Las biografías de líderes políticos constituyen un campo de gran interés. Los israelíes contemplan a sus gobernantes como si se tratara de miembros de su propia familia. Yo estoy leyendo una nueva biografía del viceprimer ministro Simon Peres [y ex primer ministro] escrita por Michael Bar-Zohar. Se titula Como el ave Fénix porque los políticos, lo mismo que los terroristas, por su propia naturaleza, aparecen una y otra vez en la escena política israelí. Es uno de los más leídos en estos momentos, a pesar de sobrepasar las 700 páginas.

FP. ¿Qué diferencia a los escritores israelíes de los demás?

D. E. Muchos de nuestros grandes autores van más allá de su tarea como tales. Escriben obras de ficción, publican libros para niños y también ensayos sobre el país, análisis políticos sobre cuestiones de nuestro tiempo… De alguna manera, se sienten responsables. Es como si pensaran que puesto que a la gente le gustan sus libros, éstos deben aportar mensajes [políticos]. Autores como Meir Shalev, David Grossman y Amos Oz tienen una posición clara sobre la actualidad. Los medios de comunicación acuden a ellos para entrevistarlos cuando ocurren determinados acontecimientos. En EE UU, los periodistas irían a preguntar a las estrellas de Hollywood o a gente importante de los negocios. Pero aquí, se dirigen a los escritores como fuente de inspiración.

FP. ¿Es muy importante la lectura en la cultura israelí?

D. E. Al pueblo judío le gusta pensar de sí mismo que es el pueblo del Libro. Éste, por supuesto, es la Biblia, pero por encima de eso existe una extensa y brillante literatura de análisis-ensayo y ficción. En Israel hay un ambiente literario a la última, nada provinciano. Ofrece sus aportaciones al exterior y absorbe lo que viene de fuera.

FP. ¿Quiénes son los escritores jóvenes más prometedores?

D. E. El primer libro de Ron Leshem, Si el cielo existe, acaba de ganar el Sapir, un premio literario de gran prestigio aquí. Leshem tiene sólo 30 años. La novela cuenta la historia de un grupo de soldados que están en una plaza fuerte de las montañas de Líbano. La obra, basada en investigaciones periodísticas realizadas por el propio autor, refleja los sentimientos de los soldados israelíes, bombardeados por los activistas de Hezbolá, mientras se supone que Israel va a abandonar pronto esa posición. Es algo parecido a un callejón sin salida. Resulta a la vez cómico, morboso y profundo, transmitiendo una sensación de sinsentido. Constituye una muestra interesante de la literatura israelí. En este caso, es una historia que se desarrolla hace unos años. El conflicto que describe no es exactamente el que estamos padeciendo ahora. Sin embargo, lo esencial no ha cambiado. Seguimos estando en guerra, seguimos luchando, seguimos enviando a nuestros jóvenes soldados a defender posiciones peligrosas.

FP. ¿Hay algún escritor palestino interesante?

D. E. Sí y no. Con la excepción del gran poeta residente en Ramala Mahmud Darwish, no conozco a ningún gran escritor palestino. Hasta donde yo sé, los palestinos no leen libros israelíes. La sociedad palestina parece menos interesada que la nuestra en la lectura. Quizá sea debido a que poseen menos recursos que nosotros, porque creen que necesitan todo su tiempo para dedicarlo a sobrevivir.

Entrevista: Christine Chen, redactora de la edición
estadounidense de
FP.