Portadas de los principales periódicos franceses tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales. (Chesnot/Getty Images)

Marine Le Pen ha renunciado a su referéndum sobre el euro, pero su programa de “Francia primero” paralizaría la Unión Europea desde dentro y debilitaría la alianza transatlántica.

Durante meses, Europa se confió y dio por sentado que Emmanuel Macron ganaría las elecciones presidenciales de Francia de abril de 2022 y que Marine Le Pen, líder del partido populista de derechas Rassemblement National (Reagrupamiento Nacional) pasaría a la segunda vuelta del 24 de abril, pero sin amenazar al presidente. Sin embargo, el resultado de la primera vuelta del 10 de abril muestra que la carrera entre ambos está mucho más ajustada, hasta el punto de que Le Pen tiene auténticas posibilidades de ganar. Si lo hiciera, las consecuencias para la UE, la OTAN y la seguridad europea serían profundamente desestabilizadoras.

En las elecciones de 2017, la promesa de Le Pen de celebrar un referéndum sobre la pertenencia de Francia al euro fue inoportuna. La hizo dos años después de que el referéndum griego provocara otra recesión en ese país. Y la eurozona estaba empezando una breve expansión de dos años que contradecía su mensaje de que los franceses solo podrían prosperar sin el euro. Pasó a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, pero Macron la derrotó fácilmente. Cinco años después, Le Pen ya no promete un referéndum sobre el euro, pero mantiene su euroescepticismo. Su nueva estrategia sigue la táctica de los gobiernos polaco y húngaro: negarse a aplicar las leyes de la Unión que le desagradan, en particular las que le impiden favorecer a los ciudadanos franceses frente a los de otros Estados miembros. Lo malo es que Francia (a diferencia de Polonia, Hungría o incluso el Reino Unido) es indispensable para la UE.

En su manifiesto, “Mi plan para la presidencia”, Le Pen escribe poco sobre la UE, aparte de algunas pullas contra la Comisión y el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE). Se compromete a crear una “Alianza Europea de Naciones que sustituya gradualmente a la Unión Europea”, pero no parece estar segura de conseguirlo ni de quiénes la integrarán. Escribe que los contactos que ha hecho en otros Estados miembros, “incluidos varios jefes de gobierno, me dan esperanzas de que este proyecto podrá tener éxito a medio plazo”.

En algunas cuestiones, Le Pen busca reformas a nivel europeo. Promete renegociar el acuerdo de Schengen, que permite viajar sin pasaporte entre 26 países europeos, con el argumento de que la falta de controles fronterizos “no interesa a los Estados”. Pero sí aceptaría “procedimientos simplificados” sin especificar para los ciudadanos de la UE. Sus posibilidades de conseguir la renegociación son nulas: los demás miembros de Schengen no quieren controles fronterizos permanentes (aunque varios, entre ellos Francia, han utilizado el mecanismo de salvaguardia del acuerdo para volver a imponer controles fronterizos durante los últimos siete años).

Consciente de que es poco probable que otros Estados miembros acepten reformas en ...