Los resultados podrían ser en parte consecuencia de las medidas de austeridad y los ataques al sur de Europa.
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AFP/Getty Images |
En Occidente, muchos observan los resultados de las elecciones italianas con perplejidad: se preguntan si los comicios del domingo y el lunes pasados van a generar inestabilidad y cómo es posible que una gran mayoría de italianos sigan votando aún a Berlusconi. Ahora bien, si la UE fuera una verdadera unión política, en su capital alguien debería estar preguntando también quién ha contribuido a que se pierda uno de sus elementos más importantes.
Hace solo unos años, los italianos eran los más firmes partidarios de la Unión. En las elecciones de 2013, los partidos que ponen en tela de juicio, de una u otra forma, la presencia de Italia en el club del euro, han obtenido el 54,6% del voto popular. Beppe Grillo, el cómico convertido en político, ha acumulado un capital político considerable gracias a su oposición a las medidas de austeridad. Mientras que uno de los grandes derrotados en las urnas es el primer ministro Monti, cuyo partido europeísta, pese a apoyarse en la sociedad civil como el de Grillo, apenas logró superar el 10%, incluso con el apoyo de importantes periódicos, la gran mayoría de la Iglesia Católica y el Partido Popular Europeo.
Muchos se han apresurado a calificar al Movimiento Cinco Estrellas de Grillo (M5S en italiano) de “populista”. Si esa es la familia a la que pertenece, los italianos, por una vez, han tenido suerte en comparación con sus experiencias pasadas y con el resto de Europa: el M5S no es en absoluto tan islamófobo como sus hermanos europeos, y sus posturas sobre la inmigración y la globalización son muy distintas de las de la xenófoba Liga del Norte, los socios de Berlusconi. Por otra parte, el M5S coincide con otros partidos populistas en que parece tener poca o ninguna estructura intermediaria entre el líder carismático y la masa de miembros o partidarios. El jefe ha prohibido a los representantes electos que hablen en televisión, y las expulsiones, a veces, consisten en un mero “ps” al final de las entradas que cuelga Grillo en internet. “PS” quiere decir “puoi sparire”, “puedes desaparecer” en italiano.
No obstante, el movimiento de Grillo es producto de la era de Internet en la misma medida que el de Berlusconi era (y sigue siendo) de la era de la televisión: está basado en vínculos horizontales, cree en la transparencia de las decisiones políticas mediante la utilización de la Red y tiene el propósito de construir una comunidad. En el mitin masivo que celebró en Roma el último día de la campaña, Grillo dijo: “Hemos dejado de ser solo un movimiento, somos una comunidad”. Su partido obtuvo el primer puesto en la Cámara Baja (los demócratas consiguieron la mayoría solo gracias a la coalición que habían formado con partidos ...
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