Jacob Zuma da un discurso durante el funeral de Nelson Mandela (Irina Kalashnikova/AFP/Getty Images)
Jacob Zuma da un discurso durante el funeral de Nelson Mandela (Irina Kalashnikova/AFP/Getty Images)

¿En quién se inspiran políticos como Narendra Modi, Recep Tayyip Erdogan, Jean-Claude Juncker o Jacob Zuma?

Ultranacionalismo hindú

La reciente (y aplastante) elección de Narendra Modi como primer ministro de India hizo que muchos se preguntaran si puede ser el justo gobernante de un país multirreligioso, y no el abanderado de la mayoría hindú a la que pertenece. Las dudas están bien fundadas: Modi es un producto político forjado en la Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), un grupo ultranacionalista que se define por el servicio desinteresado a la Madre Patria, pero que es también un vehículo supremacista hindú. La RSS es la brújula ideológica del Primer Ministro, la plataforma que le ha aupado hasta el poder nacional (tras un exitoso paso, al menos en lo económico, como gobernador de Gujarat). Es el vivero del que se nutre su partido político, por lo que le resultará tentador satisfacer sus apetitos.

El propio Modi ha dejado constancia escrita de los 16 líderes que inspiran su carrera política, todos ellos miembros de RSS. Entre ellos destaca su figura histórica más preponderante, MS Golwalkar, que contribuyó como nadie a expandir la organización y dejó escritas frases filonazis y supremacistas dirigidas contra los musulmanes. Sin embargo, algunos gestos de Modi, como el ayuno que realizó en 2011 para velar por la comunidad musulmana tras la masacre de 2002 en su estado natal de Gujarat (y ante la que él hizo la vista gorda), apuntan a un carácter más conciliador y recuerdan remotamente a Gandhi, figura deplorada por muchos ultraderechistas hindúes. Si el mandatario es capaz de seguir en esa línea ahora que está al frente del país, algunos de los hombres que le sirvieron de inspiración se removerán en la tumba, pero el mundo sentirá el alivio de un Ejecutivo indio que gobierna para todos.

La alargada sombra de Bolívar

Nicolás Maduro sostiene un retrato de Simón Bolivar. (Juan Barreto/AFP/Getty Images)
Nicolás Maduro sostiene un retrato de Simón Bolivar. (Juan Barreto/AFP/Getty Images)

Pocos personajes históricos tienen tanta trascendencia política actual como Simón Bolívar, y pocos están sujetos a interpretaciones tan dispares de su doctrina. Su sacralización es el germen ideológico de una constelación contemporánea de gobiernos latinoamericanos de izquierdas que apelan al bolivarianismo en sus correspondientes programas contrarios al status quo impuesto por Washington. Si bien los diversos elementos del bolivarianismo del siglo XXI están presentes en líderes como Rafael Correa en Ecuador o Evo Morales en Bolivia, es en Venezuela (mejor dicho, en la República Bolivariana de Venezuela) donde más se ha exprimido el mito del Libertador y donde más medidas dudosas se justifican en su nombre. El difunto presidente Hugo Chávez llevó la memoria bolivariana hasta el paroxismo, algo de lo que aprendió su hermano pequeño político, el actual presidente Nicolás Maduro.

Maduro creció junto a Chávez, fue su ministro de exteriores, su vicepresidente, y sobre él recayó la presidencia interina de la República cuando murió su maestro. El actual presidente hereda de su antecesor la visión de un mundo ...