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Por qué el continente necesita ahondar en políticas e invertir más para lograr su propio liderazgo en innovación digital e impulsar la recuperación económica.

El historiador y filósofo Yuval Noah Harari explica que “la gente teme el cambio porque teme lo desconocido. Pero la única y mayor constante de la historia es que todo cambia”. En los últimos meses, hemos vivido transformaciones sociales que no se hubieran producido tan rápidamente de no haber sido por la pandemia. Nos hemos visto forzados a reinventarnos como empleados y empresarios, como consumidores y comerciantes, como alumnos y profesores. Hemos aceptado que gran parte de nuestra vida cotidiana pase a ser digital, algo a lo que muchos eran reticentes debido a la falta de confianza que suscitaba todo lo virtual y, como indica Harari, por el miedo al cambio y a dejar de lado nuestra zona de confort.

La nueva normalidad a la que tanto se alude ahora es, en realidad, una nueva normalidad tecnológica: la explosión del teletrabajo y el uso de herramientas para hacerlo posible está cambiando, a gran velocidad, la manera de entender el mercado laboral y la productividad; la educación a distancia ha permitido que profesores y estudiantes hayan podido continuar, de alguna manera, con los cursos académicos; los servicios públicos han seguido funcionando de forma telemática en muchos casos; el comercio electrónico ha sido muy demandado y se ha impulsado la aceptación de medios de pagos electrónicos para mayor comodidad y seguridad de consumidores y comerciantes. Además, es de valorar, en el ámbito sanitario, que, gracias a la atención sanitaria en remoto a través de video-consultas, la salud pública ha sido más ágil y eficaz. Sin embargo, a pesar de que se ha perdido cierto miedo a lo digital, Europa debe afrontar desafíos a esta nueva realidad, pero siempre con el fin de aprovechar las oportunidades que nos ofrece la digitalización.

 

Desafíos y oportunidades

El nuevo instrumento de financiación de la Comisión Europea para la recuperación, enmendado por el Consejo Europeo, está dotado con 750.000 millones de euros, de los que 390.000 millones se asignarán en forma de ayudas y 360.000 millones vía préstamos a los Estados miembros para acometer inversiones y reactivar la economía. El nuevo marco financiero plurianual (MFP) para 2021-2027 prevé posibilidades adicionales a través del nuevo ‘Programa para la Europa Digital’ que, con un presupuesto de 6.761 millones de euros para el período 2021-2027, está centrado en construir las capacidades digitales estratégicas de la UE y en facilitar el amplio despliegue de las tecnologías digitales tanto para la vida laboral como privada. El programa aportará financiación para proyectos de supercomputación, inteligencia artificial, ciberseguridad, competencias digitales avanzadas y la extensión del uso de las tecnologías digitales en toda la economía y la sociedad. Esto es una muestra del protagonismo que adquiere la colaboración público-privada para hacer frente a los desafíos y aprovechar las oportunidades para convertir a Europa en líder en avance digital.

digitalizacion_1Lograr la tan ansiada soberanía tecnológica, como ...