UKUELas consecuencias económicas de abandonar la Unión.

¿Ha sido buena la UE para la economía del Reino Unido? ¿Las regulaciones comunitarias añaden burocracia a la economía británica? ¿Qué resultado podría tener una negociación posterior a la salida de Gran Bretaña, sería peor o mejor que la pertenencia a la Unión? Estos son los tres aspectos en los que se centra el recienteinforme del CER sobre las consecuencias económicas de abandonar la Unión Europea.


Debido a que el comercio entre los Estados miembros de la UE no está sujeto a aranceles, la Unión Europea ha prestado atención a las barreras no arancelarias que derivan de 28 normativas nacionales diferentes. Para ello ha creado unas normas mínimas comunes y ha hecho que los Estados miembros reconozcan oficialmente las normas de los demás.


Los detractores de la UE destacan que el comercio del Reino Unido con las economías emergentes crece a más velocidad que el que mantiene con el resto de la Unión. Algunos dicen que eso es prueba de que el mercado único ha perdido importancia. Pero es lógico que sea así, porque las economías emergentes están creciendo con mucha más rapidez, dado que se encuentran en la fase de ponerse a la altura y tienen numerosos recursos no utilizados que pueden aprovechar.


La única forma de averiguar si la pertenencia a la UE ha impulsado el comercio o no es medir las transacciones comerciales del Reino Unido con distintos países dentro y fuera de la Unión. Después hay que medir el crecimiento económico y otros factores que influyen en las relaciones comerciales, como la distancia geográfica.


El modelo seguido por el estudio del CER hace exactamente eso, demuestra que la pertenencia del Reino Unido a la UE ha impulsado su comercio de bienes con otros Estados miembros en un 55%. No existen pruebas de que haya habido ningún desvío comercial, es decir, de que la pertenencia de este país a la Unión reduzca sus transacciones comerciales con países no miembros.


Además, el mercado único ha impulsado las inversiones entre el Reino Unido y el resto de la UE. En 1997, el 30% de la reserva acumulada de inversiones extranjeras directas en Gran Bretaña procedía de otros Estados miembros de la UE. En 2012,  el porcentaje era del 50%. Y está aumentando muy deprisa. Gran parte de esas inversiones van a parar a servicios, en especial los servicios financieros.


La City ha salido muy beneficiada. Es el mayor centro financiero de la UE y la eurozona. Los gobiernos han eliminado los obstáculos a la circulación de capitales en todo el mundo. Pero el mercado único de las finanzas está especialmente desarrollado, por las infraestructuras creadas para facilitar las transacciones en euros, porque existen menos barreras normativas a la circulación de capitales que fuera de Europa y porque las normas sobre la libre circulación hacen que haya numerosos trabajadores procedentes de otros países de la Unión y que conocen sus mercados de origen.


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