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9. Robert Gates
por transformar el poder militar de Estados Unidos y prepararlo para el siglo XXI.
Secretario de Defensa de EE UU.

 

Robert Gates no es el primer estratega que insiste en la necesidad de que el Ejército estadounidense se adapte para librar los conflictos de baja intensidad del presente y el futuro; pero sí es el que más éxito ha tenido. Mientras que su predecesor, Donald Rumsfeld, hablaba de recortar los carísimos proyectos estrella de las Fuerzas Armadas de EE UU, Gates lo ha hecho realidad: hasta ahora, este profesional de los servicios de inteligencia ha convencido a los mandos militares y el Congreso para que recorten 31 programas, con un ahorro aproximado de 330.000 millones de dólares. Al mismo tiempo, Gates, republicano de toda la vida, se ha convertido en asesor cercano del presidente Barack Obama y ha conseguido su ayuda para un proyecto que él describe con una ambición sobrecogedora: imaginar cómo ejercerá Estados Unidos su poder en el siglo XXI. Dado que este país sigue siendo responsable nada menos que de un asombroso 44% del gasto militar mundial y que afronta unas nueva era de austeridad, el proyecto no es sólo una gran idea; es una necesidad urgente.

Ahora bien, ésas no son las únicas actividades de Gates. Pocos secretarios de Defensa han tenido la desgracia de dirigir dos guerras perdidas al mismo tiempo, pero Gates ha gestionado Irak y Afganistán con aplomo y discreción mientras eran despedidos dos jefes de operaciones en el segundo país. En otoño del año pasado, cuando Obama tuvo que tomar la mayor decisión de su presidencia -si añadir o no decenas de miles de soldados a la guerra afgana, en pleno deterioro-, Gates, que ayudó a financiar la yihad contra los soviéticos cuando era alto cargo de la CIA en los 80, fue un centro de gravedad en el debate. Después de haber visto cómo acabó Vietnam, no tiene ganas de volver a experimentarlo.