Después de años de promesas, las tecnologías digitales ya están redefiniendo el mundo de la salud. Desde la prevención hasta el tratamiento, pasando por la gestión hospitalaria. Ha llegado el momento de hacer un primer balance.

En este caso, nos referimos como tecnologías digitales a la realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial, el big data y las posibilidades que brindan los wearables y los dispositivos móviles tanto para que controlemos y mejoremos nuestra salud como para que lo hagan remotamente los médicos.
La realidad aumentada lleva aplicándose desde hace algún tiempo en muchos ámbitos, pero seguramente el más espectacular es el de los quirófanos. Si van a operar al paciente de un cáncer en el pulmón, permite que los profesionales sanitarios utilicen unas gafas para ver no sólo lo que hay sobre la piel sino también debajo. El cirujano observará antes de cortar con el bisturí los bordes limpios del tumor y con ello minimizará el impacto de la cirugía, que será más precisa.
La realidad virtual, por su parte, ha permitido revolucionar las prácticas de los estudiantes de Medicina, que ahora pueden operar mucho antes de salir de la carrera (esto no significa que no sigan necesitando cadáveres), ha hecho posible la telecirugía (el profesional interviene a distancia mediante un dispositivo robótico) y ha facilitado la evaluación del daño cerebral y la rehabilitación (es más fácil valorar las reacciones del paciente a los estímulos y ayudarle a ejercitarlas).
Carlos Guardiola, jefe de innovación de la empresa española Sngular, recuerda que la realidad virtual también puede alterar y mejorar la percepción que tienen los enfermos sobre los tratamientos, la asistencia hospitalaria y el origen y consecuencias de sus propias dolencias. Es posible informar más eficazmente al paciente de su situación mediante gráficos y animaciones, se puede mitigar la ansiedad del que va a ser intervenido y se puede intentar construir “una narrativa nueva” y más constructiva y positiva para los niños que pasan largas temporadas en el hospital.
La inteligencia artificial es inseparable del fenómeno del big data, en el que incluiremos en este caso tanto la información estructurada (una base de datos convencional) como la no estructurada (la que procede de bases de datos que no se han comunicado hasta ahora, las de las redes sociales, etcétera). A lomos de esos datos y de las nuevas técnicas de recopilación y análisis, advierte Germán Seara, de la Unidad de Innovación del Hospital Clínico San Carlos en Madrid, se genera “conocimiento nuevo a partir de asociaciones conocidas”. A veces, lo hacen con la ayuda de unos sistemas que aprenden de sus propios errores.
Datos masivos
Julia Díaz, directora de innovación del área Health and Energy Predictive Analytics del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), identifica las tres áreas en las que se utiliza el big data en el mundo de la salud: la descriptiva, la predictiva y la prescriptiva.
La ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF