Una bandera del SPD descansa en Berlín. (Johannes Eisele/AFP/GettyImages)
Una bandera del SPD descansa en Berlín. (Johannes Eisele/AFP/GettyImages)

La actual crisis del Partido Socialdemócrata de Alemania encarna la desorientación de la socialdemocracia europea.

  • - “Si salimos de la Gran Coalición, la CDU no regularizará voluntariamente el trabajo temporal ni los contratos definidos. Sólo lo hará porque nosotros le obligamos a ello. Así que, ¿qué debo hacer? ¿Salir de la coalición y dejarlo todo hecho una mierda con la esperanza de que si todo va bien, usted votará al SPD?”
  • - “Si una trabajadora del servicio de limpieza pudiera decirte qué es lo debes hacer, entonces yo lo haría...”

Esta conversación tuvo lugar recientemente en la Willy-Brandt-Haus, la sede del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en Berlín. Fue durante unas jornadas organizadas por el propio partido. Los dos protagonistas fueron Sigmar Gabriel, presidente del SPD, y Susanne Neumann, trabajadora del servicio de limpieza del edificio. La charla, celebrada de manera informal ante militantes y medios de comunicación, se ha convertido en viral en el país. Susanne ha sido posteriormente invitada a programas de debate de máxima audiencia en la televisión alemana.

La escena capta a la perfección la más absoluta desorientación que reina en la actualidad en el seno del SPD, partido fundamental para entender la historia moderna de Europa y cofundador de una tendencia política que hoy busca su razón de ser: la socialdemocracia.

Algunas de las últimas encuestas de intención de voto otorgan al SPD menos del 20% de los sufragios en unos eventuales comicios federales en Alemania, previstos para septiembre de 2017. El partido obtendría así su peor resultado desde la fundación de República Federal Alemana en 1949. Una tendencia que va en línea con la pérdida ininterrumpida de afiliados desde principios de la década de los 90 del siglo pasado. Socialdemócratas en crisis existencial, titulaba el diario muniqués Süddeutsche Zeitung (editorialmente cercano al SPD) un análisis sobre un partido que parece condenado a seguir los pasos de otras formaciones socialdemócratas europeas: convertirse en una fuerza irrelevante o incluso desaparecer del tablero político.

“La caída del SPD por debajo del 20% tampoco puede sorprender. El partido tiene desde hace tiempo un serio problema de comunicación”, asegura Franco Delle Donne, consultor de comunicación política residente en Berlín que ha trabajado para los socialdemócratas alemanes. “Según las encuestas, el partido toma las mejores decisiones, las que la gente quiere: jubilación con 63 años, salario mínimo y así una larga lista. Y aún así sigue perdiendo votos. ¿Qué pasa entonces? Por un lado, el SPD falla en contarle a la gente de una manera entendible y accesible que si los apoyan, contarán con medidas que les interesan. Y por otro, cometió el mismo error que en 2005: creer que ser socio pequeño de una Gran Coalición le serviría para sacar provecho político y convencer al electorado de que el partido estaba preparado para gobernar sin Merkel”.

Lo ocurrido a lo largo de la actual legislatura en Alemania ha sido más bien lo contrario: el SPD, con Gabriel ...