Estudiantes y activistas se manifiestan en el capitolio estatal de Florida por el control de armas. (Don Juan Moore/Getty Images)

He aquí una muestra de las otras estrategias que podrían seguirse para obtener un cambio gradual en la legislación sobre las armas de fuego en el país.

Después de otro desgarrador asesinato en masa de pequeños escolares, los estadounidenses que aspiran a contar con unas leyes de seguridad sensatas están completamente desmoralizados sobre cualquier perspectiva de cambio. Sin embargo, hay atisbos de esperanza en los activistas que asumen la lucha y la mantienen. Como dice la famosa frase de Margaret Mead: “Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos atentos y comprometidos puede cambiar el mundo; en realidad, es lo único que lo ha hecho”.

El activismo no es para los débiles. Exige mucha pasión capaz de alimentar el valor necesario para luchar, en muchos casos, durante años, décadas y generaciones. Por ejemplo, se necesitaron 50 años de activismo para que las mujeres obtuvieran el derecho al voto en Estados Unidos. La indignación es un importante motor del activismo: mi furia personal por la guerra de George W. Bush en Irak me llevó a fundar la sección de Demócratas en el Extranjero en Madrid en mayo de 2004 y a pasar cinco años trabajando para convertirla en un grupo de activistas que hoy es todavía más fuerte y está mejor organizado.

Una experiencia que le cambia la vida a una persona puede impulsarla todavía más a organizar y movilizar en busca del cambio, y en Estados Unidos ha habido cuatro tiroteos famosos —dos tiroteos en escuelas y dos intentos de asesinato— de los que nacieron algunos de los movimientos más importantes en favor de la seguridad en materia de armas. Aunque estos grupos de acción colectiva, en general, no han conseguido esa transformación radical a nivel nacional que anhela tanta gente, sí han podido imponer muchos cambios en los estados, que son el ámbito de la mayoría de las leyes que rigen el día a día en Estados Unidos. Si empezamos por los más recientes y nos remontamos hacia atrás, tenemos el tiroteo en el instituto Marjory Stoneman Douglas, el que tuvo lugar en la escuela primaria Sandy Hook, el intento de asesinato de la congresista Gabrielle Giffords y, por último, el intento de asesinato del presidente Ronald Reagan, que dejó parcialmente paralizado a su secretario de prensa, Jim Brady.

 

Instituto Marjory Stoneman Douglas

El 14 de febrero de 2018, Nikolas Cruz, un exalumno de 19 años, entró en el instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, y abrió fuego contra 17 estudiantes y profesores, una cifra que superaba al tiroteo de 1999 en el instituto Columbine de Colorado, donde Eric Harris, de 17 años, y Dylan Klebold, de 18, asesinaron a 10 estudiantes y un profesor.

Como muchos otros sucesos igual de espantosos, el tiroteo de Parkland movilizó a toda una nueva generación de activistas estudiantiles que empezaron a exigir leyes más estrictas en materia de armas. ...