En el año 105 a. C., Partia, un antiguo imperio de la meseta iraní,
realizó el primer intercambio de embajadas con China, inaugurando el
comercio bilateral en la ruta de la seda. Dos milenios después, la OTAN
está instalando el Proyecto de Autopista de la Seda Virtual (VSHP, en
sus siglas en inglés), una ambiciosa red informática vía
satélite, de banda ancha y alta velocidad por un coste de 10,5 millones
de dólares (unos ocho millones de euros), en universidades de todo el
centro de Asia (www.silkproject.org). ¿Por qué embarcarse en
un proyecto así? "Es inconcebible que una Universidad moderna
se mantenga al día sin acceso a Internet", dice Peter Kirstein,
presidente de Silk Board, con sede en Londres.

En Uzbekistán, por ejemplo, VSHP ha multiplicado el acceso de banda
ancha por 26 gracias a 2.500 ordenadores donados por el proyecto a universidades
e instituciones educativas del país. La Universidad de Tashkent ofrece
ahora una asignatura a distancia impartida por profesores de la Universidad
de Wageningen en los Países Bajos. Está prevista una conexión
para la Universidad de Asia Central (www.ucentralasia.org), una universidad
regional privada con un campus en Tayikistán, que daría como
resultado el intercambio virtual de investigación e ideas que superaría
el comercio real de artículos en centros como Dushanbé, la capital
tayika. Asia central es pobre y está mal comunicada. Pero la nueva iniciativa
podría contribuir a que los avances científicos y tecnológicos
viajen por la antigua ruta antes de que lo hagan las fuerzas de la cultura
o de la economía.

Seda virtual

En el año 105 a. C., Partia, un antiguo imperio de la meseta iraní,
realizó el primer intercambio de embajadas con China, inaugurando el
comercio bilateral en la ruta de la seda. Dos milenios después, la OTAN
está instalando el Proyecto de Autopista de la Seda Virtual (VSHP, en
sus siglas en inglés), una ambiciosa red informática vía
satélite, de banda ancha y alta velocidad por un coste de 10,5 millones
de dólares (unos ocho millones de euros), en universidades de todo el
centro de Asia (www.silkproject.org). ¿Por qué embarcarse en
un proyecto así? "Es inconcebible que una Universidad moderna
se mantenga al día sin acceso a Internet", dice Peter Kirstein,
presidente de Silk Board, con sede en Londres.

En Uzbekistán, por ejemplo, VSHP ha multiplicado el acceso de banda
ancha por 26 gracias a 2.500 ordenadores donados por el proyecto a universidades
e instituciones educativas del país. La Universidad de Tashkent ofrece
ahora una asignatura a distancia impartida por profesores de la Universidad
de Wageningen en los Países Bajos. Está prevista una conexión
para la Universidad de Asia Central (www.ucentralasia.org), una universidad
regional privada con un campus en Tayikistán, que daría como
resultado el intercambio virtual de investigación e ideas que superaría
el comercio real de artículos en centros como Dushanbé, la capital
tayika. Asia central es pobre y está mal comunicada. Pero la nueva iniciativa
podría contribuir a que los avances científicos y tecnológicos
viajen por la antigua ruta antes de que lo hagan las fuerzas de la cultura
o de la economía. –Verena Ringler

Verena Ringler es colaboradora
en la edición estadounidense de Foreign Policy.