Reino Unido reaviva los sentimientos antieuropeos ante la proximidad de las elecciones, la crisis de la Eurozona y las siempre complicadas relaciones de Londres con Bruselas. ¿Qué coste tendría para el Primer Ministro británico el referéndum sobre el abandono del club de los 28?

 

 

El Primer Ministro británico, David Cameron, durante un discurso sobre el futuro de la UE.

Ben Stansall/AFP/Getty Images

 

 

Benedict Cumberbatch se sentó frente al primer ministro en su mejor estilo a lo David Bowie con una mirada incrédula estampada en la cara. "David, ¿usted se da cuenta de que soy un actor? Sherlock era solo una serie de detectives adaptada para la Gran Bretaña de hoy. Y ya hemos rodado demasiadas temporadas. Yo ya he pasado página".

David Cameron clavó en él su mirada carnosa y afable. "Oh, soy plenamente consciente de eso. Pero usted en especial parecía… bueno… tan natural como Sherlock. El predecesor de mi predecesor era también un actor dramático, Benedict. Y no hay literalmente nadie más a quien pueda recurrir: tengo serios problemas con mis asuntos europeos".

Era 2017, una soleada mañana de mayo en Downing Street. Los angustiados tonos de PJ Harvey se extendían por el pasillo desde una radio situada en una de las atestadas oficinas del Número 10.

"Goddamn’ Europeans! Take me back to beautiful England…".

[¡Malditos europeos! Llevadme de vuelta a la bella Inglaterra…]

La boca del detective televisivo esbozó una sonrisa. "¿Cuál parece ser el problema, primer ministro?".

"Bueno, como le digo, es mi política europea". Señaló con aire sombrío hacia el escritorio moviendo la cabeza. "Cualquiera que se siente en esa silla tiene a Europa esperándole como un enorme y feo sapo desde el primer día que entra por la puerta. No veo por qué debería ser precisamente yo el que tenga que ceder en… Este referéndum sobre la Unión Europea que prometimos: la votación es el domingo".


"Fog rolling down behind the mountains,
On the graveyards, and dead sea-captains"

[La niebla cae tras las montañas,
sobre los cementerios y los capitanes de barco]

Los dedos de Cumberbatch formaron una pirámide sobre sus labios. "Sí, no para de salir en las noticias, debates especiales en Newsnight durante un mes y tal. Los periódicos están llenos de todo esto. Todo el mundo dice que probablemente ganará por poco el ‘Sí’ a quedarse."

Cameron hizo un gesto de dolor. "No. El bando del ‘Sí’ va a perder, Benedict".

El actor lo miró fijamente. "Pero las encuestas parecen dar un 50-50. Por muchas fanfarronadas que hayamos oído, ¿la gente no puede esperar que de verdad abandonemos Europa, no?"

Cameron siguió adelante, sin escucharle. "Supongo que de alguna manera, yo confiaba en que —ya sabe— pasara algo. Hice todo lo que pude para mantener contento al Partido Conservador. Saqué a mis parlamentarios europeos de su acogedor y cordial grupo en el Parlamento y en su lugar les hice tener que relacionarse con un puñado de salvajes políticos, incluso antes de que llegáramos siquiera al poder. Y además aquí nadie me reconoció nunca ningún mérito por esto. Aunque en el continente sí que se dieron cuenta. Pero los problemas realmente graves comenzaron cuando estalló la crisis de la Eurozona y yo veté su pacto fiscal. Eso puso eufóricos a mis congresistas amantes de la adrenalina. Dios mío, enfureció a los otros líderes de una manera terrible. Antes de eso, nuestra política habitual era estar en la sala para ese tipo de discusiones. Asumí un riesgo enorme abandonando todo aquello".

"Pero ¿cómo ayudó eso al Reino Unido?", preguntó Cumberbatch, cruzando las piernas pensativamente.

"Bueno, parecía que las luces se estaban apagando por toda Europa… mis asesores económicos me dijeron que la Eurozona estaba condenada. Quiero decir… yo no soy un experto pero cualquiera puede ver que la cosa no es precisamente un milagro económico. Pensamos que a estas alturas estarían rehaciendo toda la Unión Europea, que tendríamos la oportunidad de lograr algunas concesiones antes de tener que celebrar el bendito referéndum. Ya sabe, en política social y todo eso. Así que quería mostrarles que estaba preparado para bloquear las cosas desde los inicios… ¡Puede alguien por favor apagar esa radio! ¡Aquí dentro estamos intentando tener una reunión!".

And the grey damp filthiness of ages,
And battered books

[Y la húmeda y gris suciedad de años,
y los libros estropeados]

"Y… ¿qué pasó entonces?"

"Nada", se lamentó Cameron. "Toda la crisis del euro simplemente atravesó por una especie de congelamiento político después de que se inventaran algún tipo de galimatías legal. Logré algunas útiles protestas sobre inmigración por parte de los otros gobiernos después de las elecciones europeas. Entonces lancé esta idea del Tratado de Regulación el año que salimos reelegidos, pero no fui capaz de convencer a nadie. Lo único a lo que al final pude recurrir fue a salirnos de las políticas europeas. Gordon Brown ya llegó a eso durante las conversaciones de Lisboa, no obstante, antes de que yo me involucrara".

"David, usted es un hombre al que se le dan bien las relaciones públicas. Debe de saber perfectamente que no hay que asumir riesgos políticos con el crimen. Mire el éxito de Sherlock y de las otras series de crímenes, por el amor de dios".

"Sí, pero en ellos nadie pide ayuda a la policía francesa, ¿no, Benedict? Y nosotros nos estábamos preparando para las celebraciones del 800º aniversario de la Carta Magna en 2015. No pretendería que fuera yo a adoptar el Código Napoleón el mismo año ¿no? Incluso los grandes villanos de Sherlock eran solamente suecos e irlandeses".

Cumberbatch resopló. "Ja, sí, nuestros productores creían que eso era lo más extranjero que los telespectadores británicos estaban dispuestos aceptar un martes por la noche. Espere, eso es interesante. ¿Cómo les ha ido a Suecia e Irlanda en Europa durante los últimos años?".

"Bien, Irlanda tuvo que ser rescatada por los otros europeos y por nosotros. Después de eso, el Banco Central Europeo les estuvo mangoneando durante un tiempo. Pero luego comenzaron a financiarse en los mercados a un tipo inferior al de nuestro Tesoro. Los continentales incluso nombraron a Kenny, el primer ministro irlandés —o como quiera que lo llamen—, presidente del Consejo Europeo. Lo consideraron: ‘un gesto hacia los anglosajones’. A los irlandeses les encantó. Nosotros solo logramos al maldito Comisario de Desarrollo".

"Ok. Vale, ¿y cómo le fue entonces a Suecia? Estamos de acuerdo con ellos en casi todo también ¿no?"

"¿Fredrik? Obviamente, él también piensa que toda esta cosa del euro es una chaladura. Me dijo que el Cometa Halley estará de vuelta por aquí antes de que los suecos firmen. Pero después básicamente se dedicó a nadar entre dos aguas en las reuniones del Consejo. Prometió unas pocas coronas para los rescates e incluso se unió al pacto fiscal. Dice que si los daneses pueden asumirlo, él también puede."

The sky move, the ocean shimmer,
The hedge shake,
And the last living rose quiver

[El cielo se mueve, el océano brilla,
el seto se agita,
y la última rosa viva se estremece]

"Déjeme explicarlo en otras palabras, David. Si Suecia o Irlanda necesitaran que por alguna razón Bruselas o los demás europeos les echaran un cable, ¿ellos tendrían más probabilidades de conseguirlo que nosotros?"

"Teóricamente, tendrían más opciones. Pero no lo entiende, todo ese maldito asunto del cambio de tratado es una cosa peligrosa. Nadie lo quiere porque significa referéndums por todas partes. ¿Puede imaginarse eso por toda Europa con la economía en la situación que atraviesa ahora? Angela se aseguró de que yo obtuviera mi "Declaración de que Gran Bretaña tiene razón en algo, sea lo que sea" en la Cumbre de diciembre, a pesar incluso de que todo el mundo está ya enfadado con ella por llevar a los franceses a los tribunales por lo de su deuda nacional. Pero eso no será ni de lejos suficiente para librarnos de problemas aquí. ¿Se puede creer el modo en que esta campaña se ha convertido en un regalo del cielo para el alcalde Boris Johnson? Él se lo pasa bomba liderando el lado del ‘No’ mientras que a mí me insultan de punta a punta del país. Sus tuits son indignantes".

Cumberbatch observó perplejo al primer ministro. "Pero David, es un poco prematuro empezar a ensayar su discurso de dimisión, ¿no? Todo el mundo dice que el debate ha resultado ser sorprendentemente catártico; que el bando del ‘No’ está dividido y a la defensiva; que el país se ha ido europeizando discretamente desde la última encuesta hace cuarenta años. Ya sabe: bebemos vino que se puede beber, llamamos Radek a nuestros hijos, dejamos que Deutsche Bahn gestione los ferrocarriles… todo eso. En cualquier caso, si algo parece la gente respecto a Europa en estos tiempos, es aburrida".

Cameron se estremeció: "Exactamente, Benedict: ¡Participación, participación! No fui capaz de incluir la idea de un quórum mínimo en la ley del referéndum. La pena es que no volviéramos a formar gobierno con los Liberal Demócratas; ellos habrían insistido en esto, incluso después de su demolición en las elecciones. Ya sé que el debate está animado, entre las invenciones del lado del ‘No’ y las contra-invenciones del lado del ‘Sí’. Los jóvenes les dicen a los encuestadores que ellos preferirían quedarse siempre y cuando no entremos en el euro. Pero ¿quién se va a levantar de la cama un sábado por la mañana para ir a votar a favor de Bruselas?

Past the Thames River, glistening like gold
Hastily sold
For nothing

 

[Pasado el río Támesis, reluciente como el oro,
vendido apresuradamente
a cambio de nada]

"…solo los antieuropeístas acérrimos, esos son los que lo harán. Vamos a acabar dejando la Unión Europea en un ataque de desidia. Y Boris y sus amigos de los ojos desorbitados han engañado a suficiente gente para que crean que solamente el voto del ‘No’ puede hacer que logremos lo que realmente necesitamos de los burócratas. Bueno, pues si tanto le gusta mi cargo, dejemos que sea él el quien se pase toda la noche en vela discutiendo en ese matadero de Bruselas. Nada une más a los continentales que una buena zurra a los británicos. No tienen ni una maldita cosa en común que no sea eso. ¿Pero no hay alguna manera de poder evitar todo esto, incluso ahora?"

Los ojos azul grisáceo de Cumberbatch se abrieron de par en par. Se levantó y se sacudió su abrigo Milford de cuello alzado. "Primer ministro, realmente este no es mi campo, ya sabe. Pero Sherlock deduciría que usted ha pasado por alto algo obvio y que está escondido a plena vista en algún punto del camino. En cualquier caso, mi vuelo a Los Ángeles sale en solo unas horas".

"No me recuerde a los americanos; he tenido a Hillary al teléfono todas las semanas durante los dos últimos meses preguntándome cuál es mi ‘visión estratégica’ para después del referéndum. Mire, ¿no podría preguntar a su hermano el del MI6, Mycroft Holmes? Nos fue de gran ayuda durante los Juegos Olímpicos".

"Ahora ya me está asustando, David…"

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