Una mujer vota en las elecciones del 20D. (Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)
Una mujer vota en las elecciones del 20D. (Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)

En plena resaca electoral, muchos políticos aún se lamentan de sus resultados el pasado 20D. Seguro que a alguno le ha dado por pensar si la cosa no le habría ido mejor en un país diferente y con un sistema electoral distinto. El método español de reparto del Congreso, la ley D’Hont en circunscripción provincial, cada vez tiene más enemigos y una reforma es muy probable en los próximos años. Veamos qué hubieran dado de sí los resultados si España tuviera el sistema electoral de alguno de estos otros cuatro países. ¿Quién sería presidente?

Si fuera EE UU… 

mapa1_modeloEEUUpequeEn Estados Unidos, cada uno de los 50 estados tiene un valor en función de su población. Al candidato que gana el estado, aunque sea por un solo voto, se le da el valor total del estado, a excepción de Maine y Nebraska, que reparten sus votos electorales de modo proporcional pero que entre los dos solo representan 9 de los 538 votos del Electoral College. En conjunto los estados suman esos 538 votos electorales, así que el que se hace con 270 o más es el ganador independientemente de si ha sacado más o menos votos que su rival.

En un sistema electoral para elegir presidente ‘a la americana’, podemos asumir que las comunidades autónomas españolas jugarían el papel de los estados. Para hacerlo más fácil repartimos entre ellas 350 votos electorales, los mismos que escaños tiene el Congreso de los Diputados. Usando la misma distribución por población que tiene la Cámara, el valor de cada una queda representado en este mapa.

mapa2_modeloEEUUresultadopequeAsí las cosas Pedro Sánchez habría ganado Andalucía y Extremadura, Pablo Iglesias se habría llevado País Vasco y Cataluña (en Cataluña y en otras Comunidades Podemos se presentaba en coalición con diferentes fuerzas políticas bajo otras marcas electorales como ‘En Comú Podem’) y Mariano Rajoy las restantes ya que Ciudadanos de Albert Rivera no ha sido la fuerza más votada en ninguna Comunidad Esto dejaría al candidato del PSOE con 71, al de Podemos con 65 y al del PP con 214. Rajoy ya se habría acostado presidente la misma noche del domingo y por un margen muy cómodo.

hemiciclo1_modeloEEUUpequeEl problema evidente de este sistema es que no es del todo democrático. Un candidato puede sacar más votos que todos sus rivales y sin embargo, no ser elegido. Lo que importa es que gane los estados que necesita, no el número global de votos. En EE UU ha sucedido en cuatro ocasiones, la última en el año 2000 cuando George W. Bush fue presidente con 540.000 votos menos que Al Gore pero los suficientes estados. ¿Sería eso aceptable en España?

Si fuera Israel…

En Israel el primer ministro es escogido por mayoría en la Knesset, el Parlamento del país. Sus 120 miembros son elegidos en una circunscripción única nacional, es decir, que la cámara refleja el voto global sin tener en cuenta regiones. Quien logra el 10% de los votos, tiene el 10% de los escaños pero con una salvedad importante: no tiene representación ninguna fuerza que quede por debajo del 3,25% del total nacional.

En España podemos saber exactamente cómo sería el Congreso si usáramos el sistema israelí. El domingo hubo algo menos de 25 millones de votos válidos (emitidos sin contar con los votos en blanco ni los nulos), de modo que si el Parlamento tiene 350 diputados, a cada partido le correspondería un escaño por cada 71.500 votos conseguidos aproximadamente. Si excluimos a los que no alcanzaron el mencionado umbral del 3,25% y repartimos proporcionalmente, la cuenta es fácil.

hemiciclo2_modeloISRpequeEl umbral israelí del 3,25% lo pone muy difícil a partidos regionales y beneficia a los de ámbito nacional. Nos encontraríamos con un Congreso en el que sólo se sentarían PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos y Unidad Popular. En este escenario un pacto PSOE-Podemos-Unidad Popular estaría 5 escaños por encima de la mayoría absoluta y podría investir a un nuevo presidente. Aunque la mínima diferencia de escaños entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias podría hacer muy dura esa negociación.

Este sistema proporcional con un umbral de entrada tan alto presenta varios problemas, como que un 12% de los votantes no verán su voto representado en el Congreso, a diferencia del sistema electoral español que deja sin voz a menos del 4%. Por supuesto, cabe esperar que si este fuera el sistema que se empleara, habría partidos nacionalistas que se habrían presentado en coalición para salvar el umbral. ERC y Democràcia i Llibertat por ejemplo, si hubieran acudido juntas, habrían logrado un mínimo de 17 escaños en este sistema.

Si fuera Reino Unido… 

mapa3_modeloUKpequeEl primer ministro es nombrado por la Reina, pero ella escoge normalmente al líder del partido capaz de sostener una mayoría en la Cámara de los Comunes. Para elegir a los miembros de la Cámara, el país se divide en 650 distritos electorales que eligen cada uno un diputado. El más votado de cada distrito, aunque sea por un sólo voto, es su único representante en Londres.

Aquí es difícil trasladar el sistema… cada distrito electoral británico tiene un número de votantes que oscila entre 20.000 y 100.000, mientras que las diferencias entre las provincias españolas son enormes. Melilla tiene un censo electoral de 53.000 personas y Madrid 4,6 millones. Si cada provincia enviara un sólo representante al Congreso, la mayoría de Rajoy sería aplastante (41 contra 13) pero muy poco representativa del país en su conjunto.

Para implantar en España un sistema británico habría que trazar un nuevo mapa electoral desde cero: si quisiéramos mantener nuestro número actual de diputados (350) tendríamos que dividir el país en distritos electorales de unos 130.000 habitantes. Así, por ejemplo, toda la provincia de Teruel tendría un diputado, lo mismo que el distrito de Chamberí de la ciudad de Madrid. Este sistema tiende a favorecer el bipartidismo: si un partido logra el 40% de los votos del país pero no es el más votado en ningún distrito, se quedaría con cero escaños.

Si fuera Francia… 

En Francia la Constitución exige que el presidente sea elegido por mayoría absoluta, de modo que si en la primera ronda de las elecciones presidenciales ningún candidato logra más de la mitad del voto, se celebra una segunda vuelta entre los dos que tuvieron más apoyos.

Si España optara por el sistema francés y dejara a los ciudadanos escoger directamente al presidente, en este momento estaríamos otra vez en plena campaña. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez serían los únicos candidatos en una nueva elección que se celebraría dos semanas después de la primera vuelta, es decir, que votaría de nuevo el próximo 3 de enero.

El resultado es difícilmente predecible. Según el último barómetro del CIS, Pedro Sánchez está significativamente mejor valorado que Mariano Rajoy pero la simpatía no siempre se traduce de forma automática en votos. Tampoco está muy clara la postura que tomarían Podemos y Ciudadanos en ese enfrentamiento ni si sus votantes se dejarían guiar. Total incertidumbre.