El general que batió a las fuerzas [navales] estadounidenses en unos famosos ejercicios militares cuenta a FP cómo vencer a los piratas somalíes. ¡Ah del barco!

Pertrechados únicamente con lanzagranadas y armas automáticas, los piratas somalíes están haciendo sudar la camiseta al sector naviero moderno. Sólo en 2008, han sido atacados por piratas más de cien barcos que navegaban por el golfo de Adén, que divide las costas de Somalia y Yemen. Treinta y cinco buques han sido secuestrados para conseguir un rescate, lo que implica, al menos, 200 tripulantes retenidos. Se han pagado millones para liberar innumerables embarcaciones adicionales, con un coste medio de un millón de dólares por buque. Canadá, Dinamarca, Francia, Países Bajos, la OTAN, India y Rusia han enviado barcos para patrullar esas aguas, y la Unión Europea ha lanzado su propia operación. El pasado 2 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió un mandato autorizando a esos buques a emplear “los medios necesarios” para erradicar la piratería.

A pesar de todos estos esfuerzos, los piratas somalíes se han hecho más audaces. En noviembre, capturaron su mayor barco –un petrolero saudí con dos millones de barriles de oro negro a bordo. Y lo que es aún más impresionante: el buque estaba a 420 millas náuticas de la costa cuando fue abordado, a mucha mayor distancia que el límite de 250 millas náuticas que la Oficina Marítima Internacional recomienda no franquear.

¿Por qué es tan difícil eliminar este azote? La redactora de FP Elizabeth Dickinson ha preguntado al teniente general retirado Paul Van Riper, un maestro en estrategia militar, su opinión sobre cómo limpiar la costa somalí. Van Riper, veterano condecorado de la guerra de Vietnam, es famoso por derrotar a las fuerzas estadounidenses en unos ejercicios militares en 2002 utilizando técnicas tan poco convencionales como anunciar los ataques por los altavoces de las mezquitas y emplear moteros como mensajeros, en lugar de radios. Así es cómo este militar lucharía contra los piratas somalíes.

Foreign Policy: Durante los ejercicios militares Millennium Challenge en 2002, y jugado en el bando de los rojos contra las fuerzas estadounidenses, usted usó técnicas no convencionales para comunicarse y atacar por sorpresa, lo que le permitió hundir una flotilla de EE UU. A partir de esta experiencia y de los conflictos de Vietnam, Irak y Afganistán, ¿por qué pueden estas estrategias de guerrilla coger a las fuerzas aliadas con la guardia tan baja?

Paul Van Riper: De lo que estamos hablando en realidad es de qué tipo de métodos podrían usar que no sean convencionales. Aquí hay un problema de palabras, porque para la persona que los emplea, no son heterodoxos, raros, irregulares; son muy normales. Si piensa en la historia, los japoneses no creían que los pilotos kamikazes no fueran convencionales, como lo hicieron Estados Unidos y los británicos. Los insurgentes no piensan que los artefactos explosivos improvisados (AEI) sean irregulares o asimétricos. Todo depende del ojo con que se mire. Creo que [las tácticas] que se observan por parte de muchos de estos piratas —no son cosas que hayan creado de forma deliberada con respecto a las naciones modernas— es lo que usan normalmente.

FP: ¿Cómo es combatir contra enemigos –como estos piratas— que piensan de modo diferente a uno? ¿En qué medida hay que pensar de forma diferente sobre la propia estrategia?

PVR: Lo que solemos hacer es mirar hacia el enemigo. Sólo miramos en un sentido: de nosotros hacia ellos. Pero los buenos comandantes miran de otros dos modos. Se mueven mentalmente hacia adelante y luego miran hacia atrás, hacia ellos mismos.  Miran desde el enemigo hacia los amigos, e intentan imaginar cómo el adversario puede intentar atacarles. El tercer [modo] es una vista de pájaro, una mirada desde arriba, para tomar una imagen completa de la escena. El aficionado mira de una manera; el profesional, lo hace, al menos, de tres formas diferentes.

FP: Imaginemos que hay una estructura de mando sobre el terreno con mandato de Naciones Unidas. ¿Cómo calcularían la debilidad de combatientes no tradicionales como los piratas? ¿Cuál sería el mejor lugar para atacarles?

PVR: Es necesario comprender cuáles son sus métodos de operación, así que obviamente habría que empezar con cualquier tipo de inteligencia que pueda obtenerse. Habrá muchas formas de hacer esto. Probablemente, hasta un cierto grado, serán las transmisiones de radio, u otras comunicaciones, interceptadas –porque ellos emplean diferentes medios de comunicación. Entonces, manteniendo algún tipo de vigilancia del área durante periodos largos de tiempo, empiezan a verse patrones. Hay que conseguir una especie de fotografía de lo que es normal y lo que no.

La dificultad es la misma que existe con la mayoría de las actividades insurgentes: diferenciar los buenos de los malos

Algunas de estas mismas técnicas se han utilizado para cazar a los que ponen AEI. Observas un área durante el tiempo suficiente y empiezas a ver lo que es normal y lo que no en la rutina diaria. Hay que entender su modo de operar y cuál son las claves si pasa algo. Una unidad militar que penetra en una nueva área no percibe las claves sutiles hasta que llevan allí mucho tiempo y organizan su inteligencia, vigilancia y reconocimiento para enterarse de esas cosas.

Y se tardan semanas y probablemente meses [en hacerse una idea de esos patrones], porque no pasan cosas todos los días. Es como el clima. Si observas un día, no significa nada. Una semana significa algo [más], pero evidentemente, un mes o meses de observación significa un montón. En Vietnam, sobre el terreno, teníamos que estar en algunas áreas durante varias semanas antes de empezar a percibir lo que era y lo que no era normal. Y cuanto más tiempo permanecían sus tropas en el mismo sitio, más efectivos se volvían, en general.

FP: ¿Qué plataformas necesitaría para combatir la piratería, dado que estos criminales están usando lanzagranadas de mano antitanque y armas automáticas?

PVR: Si se acercan lo suficiente, ningún buque comercial puede pararles. Incluso las armas cortas atravesarían muchas partes de un barco mercante. En cuanto a las naves militares, los Ejércitos de marina han adoptado, desde la II Guerra Mundial, la práctica de llevar sensores a bordo que indican cuándo hay alguien en las proximidades –si los ves antes de que te vean, puedes entablar combate con ellos. [Pero estos barcos no tienen] ni se acercan al duro blindaje que teníamos en la II Guerra Mundial en los buques y cruceros de guerra. Ahora, la mayoría tienen blindados relativamente ligeros. Probablemente, habrá leído sobre el crucero que los piratas intentaron secuestrar. [Los pasajeros] tuvieron que refugiarse en el centro del barco, porque si alguien estaba cerca del casco, había bastantes posibilidades de que esas armas lo atravesaran.

FP: ¿Cuántos tipos de soldados elegiría para una misión, si su meta fuera eliminar la piratería en el golfo de Adén?

PVR: Me imagino que la primera pregunta [que me haría] sería: ¿Voy a eliminarla en el mar o voy a intentar alcanzar los lugares donde tienen sus bases y fuertes? Hay un nido de piratas, supongo; ¿donde están? Si puedes alejarles de sus puertos o del lugar donde se escondan, entonces puedes cogerlos incluso antes de que salgan. La dificultad es la misma que existe con la mayoría de las actividades insurgentes: diferenciar los buenos de los malos. Sabes que [los piratas] entran en un determinado puerto, pero intentar atacarles sin provocar daños colaterales es siempre un reto.

Además, no es un cálculo meramente militar porque hay intereses comerciales en relación a la carga que [los barcos] transportan. Les preocupan sus cuotas del seguro. Si adoptan la naturaleza de una nave marítima –es decir, si dotan de armas a los barcos–, ¿qué pasa con sus cuotas del seguro? La otra cara del factor es, si los piratas saben que estás armado, entonces es probable que disparen primero y pregunten después. No es como pensar en términos de una sencilla batalla de buque contra buque, sino que hay que imaginar qué es lo que piensan los propietarios de las embarcaciones de crucero o de los barcos mercantes.

FP: En los buques de carga, hoy en día, ¿hasta qué punto estarían preparados los miembros de la tripulación para soportar un ataque como éste, y cuando hay una fuerza de seguridad a bordo, qué clase de armas tendrían que llevar?

PVR: Creo que la Marina de EE UU está en buena forma y que ha aprendido la lección por la fuerza con el [buque USS Cole]. Hasta ese momento, habían pensado y escrito sobre ello, pero los patrones de los barcos o no le habían prestado la atención que lo hacen ahora. Ahora, la seguridad del barco se encuentra englobada en la force protection [principio militar por el que todas las unidades deben ser capaces de defenderse y protegerse]. Hay una serie de cosas —desde alertar por los altavoces en la distancia, con la posibilidad de lanzar disparos de aviso para anunciar que se acercan. Algunas armas largas no fueron efectivas en caso de acercamiento —no se podían bajar las bocas de estos cañones navales lo suficiente como para poder acercarse. Pero ahora tienen armas cortas, ametralladoras del calibre 50 [y] rifles que pueden usar.

Se discute mucho sobre llevar a bordo armas no letales. Algunos oficiales de la Marina están buscando sistemas luminosos o de sonidos que son extremadamente molestos de escuchar. La idea es tener una defensa por capas. Si avisas a alguien desde la lejanía y lo haces una segunda vez, entonces, la tercera vez, si decides emplear una fuerza letal, lo más probable es que no estés cometiendo un error, si esa persona sigue avanzando.

FP: En los últimos cinco años, desde los conflictos de Irak y Afganistán, ¿qué ha aprendido Estados Unidos sobre guerra asimétrica? ¿Qué está haciendo bien y qué sigue haciendo mal?

PVR: Creo que, después de un comienzo complicado, estamos en buena forma. Nadie puede pensar realmente como si perteneciera a otra cultura, pero si se tienen algunos conocimientos no se comenten errores importantes. En segundo lugar, cuanto más tiempo permanece uno en un área, más sólidos pueden hacerse los propios medios, y más coordinados e interrelacionados pueden ser los sensores. Y con esta familiaridad —de la que ya he hablado— sobre lo que es normal y lo que no lo es, se construyen las reservas de empatía.


El teniente general Paul Van Riper sirvió en el cuerpo de
marines durante 41 años. En 2002, lideraba el equipo rojo en los ejercicios militares estadounidenses M7illennium Challenge en 2002.