La alta comisionada adjunta de Naciones Unidas para los Derechos Humanos afirma que la culpa es de Israel.

Estos días no nos están llegando de Oriente Medio muchas noticias buenas. Tanto el gobierno de Tel Aviv como Hamás han rechazado un plan de alto el fuego, así como una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU pidiendo el fin de las hostilidades. Apenas unas horas después de que Elizabeth Dickinson, de FP, entrevistase a la alta comisionada adjunta para los Derechos Humanos de la ONU, Kyung wha Kang, Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional anunciaron la suspensión de la ayuda humanitaria en la franja de Gaza. Tras la muerte de un conductor al servicio de la ONU, se estimó que la situación era demasiado peligrosa para que el personal continuase trabajando.

Hay mucha culpa que repartir por el bloqueo de las negociaciones y por la destrucción. El 28 de diciembre, Navi Pillay, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, condenó lo que denominó “uso desproporcionado de la fuerza” por parte de Israel para lograr sus objetivos. Otros, como el ex vice primer ministro israelí Natan Sharansky, han acusado a Hamás –e incluso a las ONU– de politizar la muerte de civiles. Kang habla sobre la situación en Gaza y el a veces controvertido papel de Naciones Unidas.

Foreign Policy: La alta comisionada Navi Pillay realizó recientemente unas declaraciones condenando las acciones de Israel en Gaza ¿Sigue siendo esta su posición?

Kyung wha Kang: Desde el primer momento las víctimas del conflicto fueron motivo de gran preocupación. [La Alta Comisionada] ha condenado a ambos bandos por el uso de la fuerza, y ha estado pidiendo el cese inmediato de las acciones militares de las dos partes.

Creo que la principal preocupación desde el punto de vista humanitario y de los derechos humanos es que, efectivamente, tiene que haber un mayor acceso [humanitario] para hacer llegar a la población de Gaza la ayuda más necesaria. Pero también queremos llamar la atención a las autoridades israelíes sobre el hecho de que el uso de la fuerza tiene que compatibilizarse con las obligaciones humanitarias de no excederse en su uso, de no atacar a los civiles y de evitar el castigo colectivo. [Israel] afirma que está adoptando todas las precauciones para discernir entre Hamás y la población civil, pero esta diferenciación debería basarse en las normas humanitarias: si no eres un combatiente activo, eres un civil. Así que, por ejemplo, la gente que trabaja en fábricas relacionadas con Hamás serían considerados civiles.

FP: En un comunicado de prensa de la Casa Blanca, la portavoz Dana Perino dijo a los periodistas que “Hamás suele ocultarse entre inocentes, y los utiliza, incluidos niños, como escudos humanos”. En un caso así, ¿es posible distinguir entre civiles y combatientes?

KK: Creo que también hay obligación de tomar precauciones para distinguirlos. [Incluso si los combatientes de Hamás se ocultasen en una escuela, por ejemplo] esa sería la obligación.

FP: Israel accedió a abrir su frontera durante unas horas para dejar entrar ayuda humanitaria en Gaza. En la práctica, ¿cuánta ayuda humanitaria puede pasar en ese tiempo?

KK: Según las agencias de ayuda humanitaria, mucho menos de la necesaria. Lo que de verdad hace falta es que finalicen las hostilidades, porque se están destruyendo las infraestructuras. Es muy difícil hacer llegar [la ayuda] a la gente que la precisa.

[La ayuda incluiría] material médico y hospitalario, y combustible para hacer funcionar los hospitales. Una de las cosas [a las que nos enfrentamos es que] ha habido tanto deseo de suministrar ayuda que muchas donaciones no son utilizables, por ejemplo, medicamentos contra la malaria. Entre tanta confusión y ganas de ayudar, a veces [la misión] no consigue llevar lo que hace falta.

FP: Israel afirma que ha actuado militarmente en respuesta al lanzamiento de misiles sobre su territorio durante las últimas semanas por parte de Hamás. Si estuviese usted en el lugar de Israel, ¿cómo habría respondido a los ataques con cohetes sobre los asentamientos? En otras palabras, ¿cómo habría recomendado a Tel Aviv reaccionar?

KK: La violencia engendra más violencia. Hay una clara desigualdad de poderío militar entre los dos bandos. Y, desde luego, cada uno persigue fines distintos. La asimetría tanto militar como en los objetivos hace que la situación sea muy compleja.

FP: El 6 de enero Natan Sharansky –ex vice primer ministro israelí– escribió un editorial en el diario The Wall Street Journal donde sostenía que el papel de la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA, en sus siglas en inglés) ha agravado el conflicto al perpetuar la difícil situación de los refugiados y permitir su asentamiento permanente en campos ¿Qué responde a esto?

Cualquier insinuación de que la ONU pueda prolongar a propósito el sufrimiento del pueblo palestino carece de fundamento

KK: La UNRWA lleva más de 60 años proporcionando una ayuda vital para los refugiados palestinos, no sólo en Gaza, sino también en Cisjordania, Jordania, Siria, Líbano y Egipto. Sin ella, su sufrimiento sería enorme. El mandato de la UNRWA, tal como lo establecieron los países miembros de la ONU, es proporcionar ayuda humanitaria y no (como el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, ACNUR) encontrar soluciones a largo plazo para refugiados individuales mientras no haya una solución política para el problema.

Cualquier insinuación de que la ONU pueda prolongar a propósito el sufrimiento del pueblo palestino carece de fundamento y distrae la atención del verdadero problema. Aún más infundada es la idea de que la ONU ha ayudado a mantener a los terroristas en los territorios palestinos ocupados (OPT, en sus siglas en inglés). Los campos de refugiados palestinos llevan existiendo tanto tiempo a causa del conflicto palestino-israelí y de la incapacidad de los principales implicados para arreglar de manera aceptable el asunto de los refugiados. Mientras no se encuentre una solución, la ONU no puede ignorar las necesidades de los refugiados. La UNRWA continuará proporcionándoles ayuda, tal como le encomendaron los países miembros de la ONU.

FP: ¿Qué hará su departamento para realizar un seguimiento de estas acusaciones de violación de los derechos humanos?

KK: Durante años hemos tenido presencia en Ramala y Gaza para realizar actividades de asesoramiento humanitario y formación técnica para la población local. No hemos desarrollado ninguna función de seguimiento y control. Dada la situación, nos gustaría ampliar nuestras funciones. Pero para ello es necesaria la cooperación de las autoridades israelíes, y han mandado de vuelta al informador sobre la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados, Richard Falk, cuando intentó entrar en ellos invitado por Mahmud Abbas.

FP: Ha participado en la Conferencia Durban Review, que promueve el fin del racismo y la xenofobia. Dado que el tema de Israel y Palestina fue un asunto espinoso en las negociaciones iniciales –y que desde entonces Israel se ha retirado de los debates– ¿cree que el conflicto en Gaza influirá en las futuras negociaciones?

KK: Creo que es demasiado pronto para saberlo. Pero de momento, las respuestas que estamos recibiendo de las delegaciones indican que [nuestro marco] es una buena base para negociar –creo que hasta ahora se ha distinguido entre este proceso y la situación queestá dándose en Gaza.

 

Kyung wha Kang es alta comisionada adjunta de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

 

Artículos relacionados