Seguidores de los Hermanos Musulmanes en El Cairo se manifiestan un año después de la deposición del presidente Morsi. La manifestación fue disuelta por la policía con gas lacrimógeno y docenas de personas resultaron detenidas. (Khaled Kamel/AFP/Getty Images)
Seguidores de los Hermanos Musulmanes en El Cairo se manifiestan un año después de la deposición del presidente Morsi. La manifestación fue disuelta por la policía con gas lacrimógeno y docenas de personas resultaron detenidas. (Khaled Kamel/AFP/Getty Images)

¿Cuál es el futuro de la Hermandad?

Los Hermanos Musulmanes son el movimiento islamista más antiguo y de mayor influencia en el mundo árabe. ‘Al-Ikhwan al-Muslimun’ han gozado y gozan aún de un enorme prestigio entre movimientos islamistas de todo el mundo. Cuentan con franquicias en casi todos los países de Oriente Medio. Su lema más famoso es al mismo tiempo el más controvertido: ‘El islam es la solución’. La Hermandad se enfrenta sin embargo en la actualidad a una de sus más graves crisis existenciales, amenazada por una caza de brujas implacable que ha encarcelado y matado a miles de sus miembros y simpatizantes y acorrala a los demás, no sólo en Egipto sino en otros países de la región.

El grupo fue fundado en Egipto en 1928 por Hassan al Banna, que soñaba con un movimiento reformista centrado en el renacimiento moral -retornar a las raíces más puras del islam, pero sin perder nunca de vista el contexto temporal- y en resistir cultural, ideológica y políticamente al imperialismo occidental y a la injusticia política y social. El grupo nació como una cofradía basada en el altruismo y el deber cívico. Defendían objetivos proselitistas basados en la enseñanza del Corán y se afanaban en la construcción de redes filantrópicas en comunidades tradicionales a lo largo y ancho del vasto territorio egipcio.

Su evolución se debatió entre períodos de acercamiento con el régimen, en mucho menor número que las etapas en las que los Hermanos se convertían en el enemigo número uno de las autoridades, que nunca han dejado de ser conscientes de la enorme influencia de la Hermandad entre los egipcios de a pie, desgarrados entre sus creencias más acérrimas y su lealtad nacionalista. El grupo fue, durante gran parte de su existencia, un movimiento ilegal pero tolerado. Se le permitía sobre todo operar en el ámbito social, supliendo así las carencias de un régimen más centrado muchas veces en satisfacer las necesidades de la élite urbanita.

Ello hasta que la Primavera Árabe hizo que consiguieran reinar… hasta ser destronados. Su llegada al poder fue en cierto modo su fin de la Historia particular, ya que convirtió en irrelevantes su flexibilidad y oportunismo de serie, herencia de años de subterfugio. Tras el derrocamiento de Mohammed Morsi a manos del golpe de Estado de 3 de julio de 2013, se desató una sangrienta represión, que alcanzó su apogeo no sólo con la matanza de Rabaa al Adawia de agosto de 2013, sino cuando el régimen designó a la Hermandad como organización terrorista el 25 de diciembre del mismo año. Docenas de confrontaciones han dejado tras de sí miles de muertos. Procesos judiciales sin garantías han culminado con penas de muerte impuestas a cientos, entre ellos el Guía Supremo Mohammed ...