¿Cómo se llevará a cabo el cambio de liderazgo en Kazajistán y Uzbekistán?

El presidente de Uzbekistán, Islam Karímov, a la izquierda y el presidente de Kazajistán, Nazarbáyev durante una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai en Kirguizistán, septiembre de 2013. AFP/Getty Images


El presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbáyev (74 años), y el de Uzbekistán, Islam Karímov (77 años), se hicieron con el poder en 1989 y en estos años se han asegurado el firme control de sus respectivos países, pero no han indicado quién podría sucederles en el futuro. Se trata de dos Estados autoritarios que aspiran a la hegemonía regional. Kazajistán tiene la reputación de haber vivido un crecimiento económico impulsado por los recursos naturales y por su estilo internacional, y muchos lo consideran el motor económico de la región. Uzbekistán es el país más poblado de Asia Central y posee un potente sector de seguridad en comparación con sus vecinos, que incluye unas Fuerzas Armadas relativamente capaces y unos servicios de inteligencia muy influyentes.

Como es natural, la sucesión en la presidencia llegará inevitablemente en algún momento para ambos países. En Kazajistán está previsto que se celebren elecciones presidenciales en 2016, y Uzbekistán ha aplazado las suyas de diciembre de 2014 a diciembre de 2015. Es posible que estas fechas se retrasen o se adelanten según les convenga a los dos líderes, que pueden decidir volver a presentarse o no, y la sucesión también podría llevarse a cabo en forma de un traspaso de poderes (como el de Yeltsin y Putin en Rusia en 1999). Las repúblicas vecinas y los socios internacionales de los dos países tienen escasa idea de lo que puede ocurrir, pero son muy conscientes del papel crucial que desempeñan ambos Estados en materia económica y de seguridad en Asia Central, y las posibilidades de agitación e inestabilidad que podrían surgir durante un periodo de cambio de régimen.

Hay tres factores que seguramente influirán en el proceso de sucesión: la distribución de los recursos entre las clases dirigentes; los mecanismos renovados de reparto del poder que tal vez desemboquen en la construcción de instituciones y la liberalización económica, y la evolución del papel de la población en general.

El motor principal de la estabilidad dentro de las élites es el reparto de los recursos. En la mayoría de las repúblicas postsoviéticas existe una íntima relación entre los gobiernos y los sectores empresariales. Los sucesores a las presidencias de Kazajistán y Uzbekistán se decidirán en gran medida en función de la distribución de los recursos, que podría crear tensiones dentro de las clases dirigentes y el mundillo empresarial.

En Kazajistán, la estructura del Estado está más descentralizada que la de Uzbekistán, y el grupo de élites es más amplio y variado; al decir élites nos referimos a las personas vinculadas a la familia del presidente, oligarcas y funcionarios poderosos. Uzbekistán posee una estructura más centralizada que ofrece unas oportunidades de beneficio más limitadas. El Estado uzbeco ...