Una empresa de biotecnología israelí podría reducir drásticamente las bajas durante las guerras mediante una tecnología pionera que liofiliza la sangre. La técnica, desarrollada por la compañía Core Dynamics, permitiría a los soldados llevar en su equipo una dosis de su propio plasma liofilizado. Si resultan heridos, se mezclarían los cristales con agua purificada y los médicos podrían inyectar la sangre resultante en el campo de batalla. Estas transfusiones podrían ayudar a salvar muchas vidas, puesto que los militares raramente envían sangre al frente porque "sólo se puede guardar durante un mes en frío", afirma una portavoz de la compañía. "Si está liofilizada, se puede conservar de forma indefinida". Las Fuerzas Armadas israelíes financiaron la investigación inicial y ahora Core Dynamics quiere interesar al Ejército estadounidense.
Una empresa de biotecnología israelí podría reducir drásticamente las bajas durante las guerras mediante una tecnología pionera que liofiliza la sangre. La técnica, desarrollada por la compañía Core Dynamics, permitiría a los soldados llevar en su equipo una dosis de su propio plasma liofilizado. Si resultan heridos, se mezclarían los cristales con agua purificada y los médicos podrían inyectar la sangre resultante en el campo de batalla. Estas transfusiones podrían ayudar a salvar muchas vidas, puesto que los militares raramente envían sangre al frente porque "sólo se puede guardar durante un mes en frío", afirma una portavoz de la compañía. "Si está liofilizada, se puede conservar de forma indefinida". Las Fuerzas Armadas israelíes financiaron la investigación inicial y ahora Core Dynamics quiere interesar al Ejército estadounidense. —Yaakov Katz
Yaakov Katz es corresponsal militar de The Jerusalem Post.
Transfusiones
bajo fuego enemigo
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Una empresa de biotecnología israelí podría reducir drásticamente las bajas durante las guerras mediante una tecnología pionera que liofiliza la sangre. La técnica, desarrollada por la compañía Core Dynamics, permitiría a los soldados llevar en su equipo una dosis de su propio plasma liofilizado. Si resultan heridos, se mezclarían los cristales con agua purificada y los médicos podrían inyectar la sangre resultante en el campo de batalla. Estas transfusiones podrían ayudar a salvar muchas vidas, puesto que los militares raramente envían sangre al frente porque "sólo se puede guardar durante un mes en frío", afirma una portavoz de la compañía. "Si está liofilizada, se puede conservar de forma indefinida". Las Fuerzas Armadas israelíes financiaron la investigación inicial y ahora Core Dynamics quiere interesar al Ejército estadounidense. —Yaakov Katz
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Yaakov Katz es corresponsal militar de The Jerusalem Post.
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