Responsabilidad de peso: China lucha contra la obesidad escolar..    

En Asia, no sólo las economías están expandiéndose rápidamente; también las cinturas de los asiáticos. La región está sumida en una epidemia de obesidad. En China, este fenómeno es, entre los adultos, más del doble desde mediados de los 90 del pasado siglo. Cuatro de los cinco países con mayor índice de diabetes en el mundo se encuentran ahora en esta región. Y con gobiernos de toda la zona haciendo frente a unos crecientes costes en servicios sanitarios por los abultados traseros de sus ciudadanos, muchos están recurriendo a medidas de Estado-niñera.

En Japón, donde 27 millones de personas sufren o están en riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el sobrepeso, como la diabetes o la hipertensión, se estima que en 2020 los costes sanitarios se habrán duplicado. Como respuesta, el Gobierno ha instituido una política obligatoria de “chequeo de obesidad” para los mayores de 40. Los trabajadores con cinturas de más de 34 pulgadas (unos 86 centímetros) deberán acudir a programas especiales de ejercicios, y las empresas que no consigan los objetivos marcados de pérdida de peso se enfrentarán a las duras multas del Gobierno. En China, donde el 15% de los niños tiene sobrepeso, el año pasado, el Ministerio de Educación estableció una serie de bailes especialmente diseñados para adelgazar, que los estudiantes deben realizar en las escuelas. Y en India, la industria de los call-center está provocando un rápido aumento de enfermedades como la diabetes y las cardiopatías por la falta de ejercicio que han llevado al Ministerio de Sanidad a presionar a las empresas para que establezcan guías saludables para los trabajadores sedentarios.

A pesar de que la obesidad es un problema relativamente nuevo para la mayoría de las sociedades asiáticas, los gobiernos han sido mucho más veloces en reaccionar que sus homólogos de Occidente. “Es sorprendente la rapidez con la que han respondido desde que vieron el gran aumento de los costes sanitarios”, explica Tim Gill, coordinador para Asia Pacífico del Grupo Internacional de Expertos contra la Obesidad. Pero no sólo la factura de los médicos es lo que les preocupa. Las enfermedades relacionadas con la obesidad costarán a India 200.000 millones de dólares en productividad durante la próxima década. De todas formas, Gill es escéptico sobre la efectividad de las iniciativas de “nombre y vergüenza” de Japón. “Se dice a la persona: ‘No sólo tienes sobrepeso, sino que eres un fracasado”, añadiendo que las japonesas ya tienen uno de los índices más altos del mundo en desórdenes alimenticios.

No todos creen que los esfuerzos gubernamentales puedan funcionar. “No hay pruebas que sugieran que las medidas en el ámbito estatal puedan alterar realmente la situación de la salud pública”, apunta Stephen MacMahon, director del Instituto George Internacional para la Salud de Sydney (Australia). Sus posibilidades de éxito pueden ser magras, pero ése es el objetivo que tienen en mente.