
Un repaso del legado del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia, sus triunfos y sus fracasos.
Lee también: Principales acontecimientos en la labor del Tribunal Internacional
Slobodan Praljak se puso de pie para oír cómo se leía el veredicto contra él. Instantes después de que los jueces pronunciaran su sentencia en el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), el miércoles 29 de noviembre de 2017, el ex general bosnio croata gritó con furia: “Praljak no es un criminal. Rechazo vuestro veredicto”. Al oír que se confirmaba su condena a 20 años por crímenes de guerra, Praljak, de 72 años de edad, se bebió el veneno que tenía en un pequeño frasco. Lo llevaron rápidamente al hospital pero pocas horas después certificaron su fallecimiento.
Desde luego, esta escena de tanto dramatismo no fue el final que esperaban los jueces y funcionarios de La Haya para las actividades del Tribunal, después de 24 años de enjuiciar e investigar a 161 personas por crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia. Casi todos los acusados han sido altos funcionarios del Estado, el Ejército o la policía de Serbia, Bosnia, Croacia y Kosovo.
El TPIY se creó en 1993 a instancias del Consejo de Seguridad de la ONU para procesar a personas sospechosas de cometer crímenes de guerra durante los conflictos de Croacia y Bosnia-Herzegovina. Posteriormente se ampliaron sus competencias para incluir acciones cometidas durante las guerras de Kosovo y Macedonia. Fue el primer tribunal de crímenes de guerra que creó la ONU y el primero internacional de este tipo desde los de Núremberg y Tokio. Durante más de 20 años, escuchó a casi 5.000 testigos y celebró aproximadamente 11.000 sesiones. El TPIY pasará a la historia como el primero que acusó a un jefe de Estado en activo de genocidio y otros crímenes, aunque el antiguo líder serbio Slobodan Milosevic no llegó a oír su veredicto, porque murió en 2006, antes de que terminara su juicio.
El Tribunal nació gracias a un empeño sin precedentes del Consejo de Seguridad para poner de relieve que la comisión de atrocidades en la antigua Yugoslavia, en particular en Bosnia-Herzegovina, era una amenaza contra la paz internacional, y que la instauración de un tribunal penal internacional y específico contribuiría a restablecer la paz. Además, el órgano tenía dos objetivos más: prevenir otros crímenes de guerra en el futuro y lograr que se hiciera justicia.
La creación del TPIY fue una respuesta internacional de nuevo cuño frente a la violencia de masas y un hito en la historia de la justicia transicional. Sin embargo, algunos observadores lo recibieron con escepticismo, por considerarlo una “hoja de parra” legal concebida para desviar la atención del hecho de que los actores internacionales no habían sido capaces de emprender una acción militar. En los primeros años de actividad del Tribunal, las críticas se intensificaron por la resistencia de muchos Estados ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF