Si sus ingresos se hubieran incrementado de forma constante en los últimos
10 años, usted sería muy feliz, ¿no? Y si viviera en Rusia
o Perú -países donde la introducción de reformas
en el mercado ha arruinado a muchos vecinos suyos- debería sentirse
afortunado por partida doble. No necesariamente. Casi la mitad de las personas
que más han progresado socialmente en Perú, e incluso un porcentaje
mayor en Rusia, están decepcionadas con la vida, el mercado y la democracia,
según una investigación de Carol Graham, de la Brookings Institution,
un prestigioso think tank de Washington. Graham denomina a estas personas "triunfadores
frustrados", gente con grandes ingresos, pero que percibe su situación
económica como negativa. En su mayor parte, el grueso de los descontentos
procede de la clase media urbana que, pese a las dificultades, ha disfrutado
de un constante incremento de su nivel de vida en los últimos años.

Entonces, ¿por qué están tan amargados? La investigadora
admite que algunos pueden ser simplemente cascarrabias vitales que no serán
felices "hasta que no les receten Prozac". Pero la autora cree
que, para la gran mayoría, la frustración procede de dos temores.
Primero, gracias a la globalización, no sólo se comparan con
los más ricos de su país sino con sus equivalentes en el extranjero.
Segundo, tienen miedo a perder lo que han conseguido. Aunque su éxito
es innegable, muchos sufrieron inesperados altibajos en sus ingresos y tienen
pánico a que les vuelva a suceder.

Graham apunta que Rusia, Perú y otras economías similares liberalizadas
recientemente deben construir mejores sistemas de seguridad social para mitigar
el miedo al desempleo de la clase media y hacer más para reducir la
desigualdad social. De lo contrario, los triunfadores angustiados podrían
dar salida a su frustración en los mismos países en los que han
progresado.

Si sus ingresos se hubieran incrementado de forma constante en los últimos
10 años, usted sería muy feliz, ¿no? Y si viviera en Rusia
o Perú -países donde la introducción de reformas
en el mercado ha arruinado a muchos vecinos suyos- debería sentirse
afortunado por partida doble. No necesariamente. Casi la mitad de las personas
que más han progresado socialmente en Perú, e incluso un porcentaje
mayor en Rusia, están decepcionadas con la vida, el mercado y la democracia,
según una investigación de Carol Graham, de la Brookings Institution,
un prestigioso think tank de Washington. Graham denomina a estas personas "triunfadores
frustrados", gente con grandes ingresos, pero que percibe su situación
económica como negativa. En su mayor parte, el grueso de los descontentos
procede de la clase media urbana que, pese a las dificultades, ha disfrutado
de un constante incremento de su nivel de vida en los últimos años.

Entonces, ¿por qué están tan amargados? La investigadora
admite que algunos pueden ser simplemente cascarrabias vitales que no serán
felices "hasta que no les receten Prozac". Pero la autora cree
que, para la gran mayoría, la frustración procede de dos temores.
Primero, gracias a la globalización, no sólo se comparan con
los más ricos de su país sino con sus equivalentes en el extranjero.
Segundo, tienen miedo a perder lo que han conseguido. Aunque su éxito
es innegable, muchos sufrieron inesperados altibajos en sus ingresos y tienen
pánico a que les vuelva a suceder.

Graham apunta que Rusia, Perú y otras economías similares liberalizadas
recientemente deben construir mejores sistemas de seguridad social para mitigar
el miedo al desempleo de la clase media y hacer más para reducir la
desigualdad social. De lo contrario, los triunfadores angustiados podrían
dar salida a su frustración en los mismos países en los que han
progresado.