
¿Creen que Donald Trump va a facilitar el camino de Hillary Clinton a la Casa Blanca? Se equivocan. El candidato republicano es un rival problemático, sobre todo por su carácter imprevisible.
Cuando Donald Trump se aseguró la nominación por el Partido Republicano, después de las primarias de Indiana, hubo un estallido de alegría entre muchos demócratas y simpatizantes en todo el mundo. Pero esa gente comete un grave error. Trump no garantiza en absoluto que Hillary Clinton vaya a ganar con facilidad el próximo otoño. De hecho, es un rival muy problemático por una sencilla razón: es completamente imprevisible.
Ser imprevisible está muy bien para una estrella pop o de un reality show, pero en política no es precisamente una virtud: se supone que las opiniones de un candidato sobre los grandes temas son lo que nos permite decidir a quién votar. Sin embargo, quizá más importante que sus ideas políticas es cómo se comporta durante la campaña. Estados Unidos lleva mucho tiempo eligiendo presidentes y, aparte de las leyes, existen unas reglas del juego a las que un candidato debe atenerse si desea ganar.
Por supuesto, las campañas no pueden predecirse del todo, pero los estrategas deben tener planeadas sus posiciones y su conducta hasta cierto punto para poder construir un plan de batalla coherente. Como dice un destacado republicano de la campaña Nunca Trump, “Hillary se dedica a la política, y Trump al espectáculo. El espectáculo es mucho más entretenido, y quizá incluso más convincente”.
Normalmente, contamos con que un candidato a la presidencia haga propuestas políticas serias, coincidentes con los valores y principios de su partido. Trump no nos ha mostrado muchos detalles, pero lo que ha dicho hasta el momento es profundamente populista: ¡Construyamos un muro! ¡Lo pagará México! ¡Hay que renegociar todos los acuerdos comerciales! ¡Yo obtendré un acuerdo mejor! Pueden parecer ideas absurdas, pero encuentran mucho eco entre unos votantes que se consideran los perjudicados económicos y culpan a la inmigración y el comercio internacional de sus desgracias.
Ese populismo que destila Trump es difícil de combatir en una elección porque, en los medios de comunicación actuales, es más fácil hacer llegar un mensaje simple que las complejas realidades políticas. El éxito de Bernie Sanders en las primarias demócratas son un ejemplo de lo mismo, aunque más sutil: a muchos votantes no les importa nada que una propuesta sea o no realista (¡universidad gratis para todos!). En cambio, no es nada atractivo tener que explicar por qué no es posible eso mientras se ofrece una opción menos radical (universidad a costes reducidos para algunos), que es el estilo político de Clinton, centrado en los cambios estratégicos graduales.
Trump no ha propuesto que la universidad sea gratis (todavía), pero sí ha hecho alguna que otra declaración que le sitúan a la izquierda de Clinton y que atraen a la faceta populista de los votantes de Sanders: su oposición ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF