Ucranianos en una protesta contra la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú, en Kiev, 2016. Sergei Supinsky/AFP/Getty Images

Así es como el país está buscando una nueva identidad, a veces de una manera controvertida.

Una conversación, otrora inusual y hoy repetida, en la capital de Ucrania, Kiev, reza algo semejante:

— ¿Dónde queda esa calle?

— No lo sé, todo cambia de nombre…

No es una rareza. Lo mismo ocurre en todo el país. Todavía inmersa en una guerra, Ucrania está remodelándose, revisa su pasado, selecciona sus héroes, rebautiza sus calles, plazas y puentes, en búsqueda de una nuevo yo, para enterrar su antiguo cordón umbilical con la Unión Soviética (URSS) y su sucesora, Rusia. Es un proceso, no exento de críticas, que ha surgido tras la rebelión de Euromaidán de 2014, es decir, desde cuando el controvertido presidente prorruso Víktor Yanukóvich abandonó el país y las clases políticas surgidas de aquello tomaron el poder.

El caso de Dnipropetrovsk, una de las ciudades más grandes de Ucrania y pulmón industrial del país, ha sido uno de los casos más emblemáticos. Desde el 19 de mayo del año pasado, pasó a llamarse Dnipro. La razón, han argumentado en Kiev, es que su anterior nombre se remitía a Grigory Petrovsky, un líder bolchevique, ideólogo de las políticas de colectivización soviéticas y acusado en Ucrania de ser uno de los responsables de la gran hambruna —llamada “holodomor”, por los ucranianos— que afectó el país en 1932 y1933. Una acusación, por cierto, que rechaza Rusia.

Ni Kiev es ya Kiev. Ahora se insiste en llamarla Kyiv, un término cuyo uso legítimo en documentos oficiales de Ucrania se autorizó por primera vez en 1995 —cuatro años después de la independencia de Ucrania de la URSS— pero que, hasta hace poco, se oía poco y nada en las conversaciones ordinarias de los kievitas. Con ello, no han faltado quienes le han escrito a medios de la prensa extranjera solicitando substituir Kiev por Kyiv, pasándose por alto la morfología internacionalmente aceptada, por ejemplo, en inglés y español (que es Kiev). Eso sí, han tenido poco éxito, al menos de momento.

Otros han sido los casos de Kirovohrad, cuyo nombre fue cambiado por Kropyvnytskyi, en honor a Marko Kropyvnytskyi (1810-1910), dramaturgo y actor de teatro, considerado uno de los artistas más representativos de Ucrania. Así como también se han modificado los nombres de ciudades en los oblast (entidades territoriales similares a la región) de Mykolaiv, Odesa, Kharkiv, Zakarpattya y Chernihiv, e incluso de las rebeldes Donetsk y Luhansk, cuyos territorios se encuentran parcialmente bajo el control del Estado ucraniano mientras el resto está, desde 2014, en manos de los separatistas prorrusos.

 

Una cifra: 51.493

De acuerdo con datos oficiales, hasta diciembre de 2016, un total de 51.493 nuevas nomenclaturas fueron aprobadas, de las cuales 25 son distritos y 987 son ciudades y aldeas. Además de ello, 1.320 monumentos de Lenin y 1.069 de otros líderes “totalitarios” fueron removidos de los sitios en los que se encontraban, ...