Una Europa alemana Ulrich Beck 120 páginas Paidós, 2013
Ulrich Beck, que es alemán y sociólogo, ha escrito un libro que seguramente muchos europeos estarán deseando leer, porque el título expresa la sensación que tienen. German Europe habla de una Europa que es cada vez más alemana, no solo en lo económico sino también en lo político, y cuya base de poder se inclina sin duda del lado alemán: la política germana de austeridad domina todos los debates, las preferencias alemanas tienen prioridad en las estructuras de gobierno europeo, las decisiones alemanas son las que se acaban tomando, llevando a la práctica e imponiendo en las reuniones del Consejo Europeo. En otras palabras, todo el continente sigue los pasos de los alemanes. En la actualidad, el país tiene la mejor situación económica y dirige Europa, por así decir, un hecho que, de forma explícita o implícita, va en detrimento de los sistemas económicos y políticos de los demás Estados europeos.
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Es una opinión que pocos comparten en Alemania: los alemanes se han sentido víctimas durante toda la crisis del euro, porque pagan los gastos de los países del sur, porque su adorada cláusula de “nada de rescates” en el Tratado de Maastricht ha quedado devaluada en la práctica con las últimas decisiones sobre el Mecanismo Europeo de Estabilidad y el anuncio del BCE de que va a intervenir en los mercados cuando sea necesario. En el país casi nadie piensa que Europa se ha vuelto más germana. Al contrario, en los círculos conservadores del país, pero no solo en ellos, existe un sentimiento muy extendido de que Europa está alejándose de una concepción alemana como la que se expresaba en el Tratado, de los orígenes de Maastricht y la concepción inicial del euro. Y, por cierto, los alemanes nunca han querido salirse de Europa. Lo que quieren es que los demás obedezcan sus normas. Una gran Suiza alemana: mucho dinero y poca política.
El libro de Ulrich Beck es sobre todo un ejercicio de traducción, más en concreto un ejercicio de traducción cultural, y una lectura de la política alemana con ojos europeos. En este sentido, incluye una dosis de reproches y críticas a Alemania por no respetar a los otros, por su falta de comprensión. La obra sorprenderá a muchos alemanes, sin duda. Durante el último mes ha habido cierto debate -aunque escaso- sobre la hegemonía alemana en algunas publicaciones selectas, intelectuales y de izquierdas, pero nunca ha llegado de verdad a los medios de masas, a pesar de las caricaturas de Angela Merkel caracterizada como Hitler que aparecieron en Grecia y Chipre tras las perniciosas decisiones políticas en dichos países.
En general, los alemanes corrientes, no siempre muy informados sobre las interdependencias o las interconexiones de las economías europeas, se han mostrado en algunos casos orgullosos -de manera más o menos inocente- de que su país haya conseguido salir tan bien parado de la crisis del euro, ...
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