La primera gran nota de la agenda del último trimestre son, sin duda, las elecciones presidenciales y parlamentarias del 3 de octubre en Bosnia & Herzegovina. Este país, precandidato a la adhesión a la Unión Europea sigue siendo una tierra convulsa y dividida y el sistema electoral resultado de los acuerdos de Dayton no contribuye a la integración de los diferentes grupos étnicos. Con una presidencia múltiple y dos cámaras legislativas la complicación está asegurada y los desacuerdos garantizados. Está por ver si las tres comunidades (serbia, croata y musulmana) detectan un objetivo claro en pos del bien común y caminan juntos para superar una postguerra que se prolonga ya demasiado. El auge de los nacionalismos étnicos no es la mejor opción para entrar en los próximos años en la UE, que tras las últimas ampliaciones se va a cuidar muy mucho de acoger en su seno conflictos sin resolver.

Citas principales del otoño-invierno

3 de octubre: Elecciones presidenciales y parlamentarias en Bosnia & Herzegovina
4-5 de octubre: VIII Cumbre ASEM – (Encuentro Asia-Europa) Bruselas
6 de octubre: XIII Cumbre UE-China (Bruselas)
20 de noviembre: Cumbre UE – EE UU (Lisboa)
29 de noviembre: Cumbre África – UE (Trípoli, Libia)

Como vemos, cuando el año está en su recta final se producirán algunas de las citas más trascendentes. El broche de oro será la esperada visita del presidente estadounidense Barack Obama a la Cumbre entre la Unión Europea y Estados Unidos el próximo 20 de noviembre, que se celebrará en Lisboa tras la reunión de la OTAN. Además, el Ejecutivo español está haciendo gestiones para intentar que Obama asista a la reunión plenaria de la Unión por el Mediterráneo que tendrá lugar en Barcelona entre el 20 y el 21 de noviembre. La fecha de la cumbre en la capital catalana no está cerrada por el presidente del organismo, Nicolas Sarkozy. Esta reunión, que en un principio estaba prevista para junio fue también pospuesta debido a las tensiones en el conflicto israelo-palestino. Si no hay contratiempos, la presidencia belga conseguirá lo que con tanto ahínco se intentó durante el semestre español: celebrar la cumbre con los países mediterráneos y recibir al presidente estadounidense. Esta será la primera cumbre transatlántica desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.

Pero antes de la Cumbre UE – EE UU habrá otro encuentro de gran calado político y diplomático, el de la XIII Cumbre entre la Unión Europea y China que se celebrará en Bruselas. Esta cumbre anual que se lleva produciendo desde 1998 reúne a los líderes europeos con el primer ministro chino y otros miembros del Gobierno de Pekín. Hasta el momento se ha celebrado alternativamente en la capital del Imperio del centro y en el país que ostenta la Presidencia de turno de la Unión.

La última cumbre, de noviembre de 2009, se centró en el cambio climático, la crisis y las relaciones bilaterales, además de otros temas como la no proliferación, Irán y Afganistán. Este encuentro se celebrará un día después de la Cumbre de la ASEM (Encuentro Asia – Europa), que tendrá lugar en la capital comunitaria entre el 4 y el 5 de octubre donde los jefes de Estado y de Gobierno de los 48 países socios tendrán la ocasión de construir posiciones comunes en lo político, económico y sociocultural, los tres pilares de la organización. Esta importante asociación a la que se acaban de incorporar Rusia, Nueva Zelanda y Australia representa el 58% de la población mundial, el 50% del PIB y más del 60% del comercio internacional.

El encuentro que cerrará el año no se celebrará en suelo europeo. La cita, el 29 de noviembre en Trípoli, Libia, lugar de celebración de la tercera Cumbre África – Unión Europea, donde se intentará avanzar en el diálogo político y la cooperación más allá de lo alcanzado hasta ahora. Además se buscará acelerar la puesta en marcha de proyectos comunes. Todo un desafío, dada la enorme desigualdad existente entre las dos orillas y las dificultades logísticas de una cooperación desequilibrada. Pero el abandono del continente negro sería un error irreparable para los europeos que ven desde hace un tiempo como otros actores, esencialmente China y Estados Unidos, van tomando posiciones en la zona. En 2007, África y la UE establecieron una estrategia para trabajar de manera conjunta y equilibrada en ocho áreas de cooperación: paz y seguridad; gobernanza democrática y Derechos Humanos; comercio, integración regional e infraestructura; Objetivos de Desarrollo del Milenio; energía; cambio climático; migración, movilidad y empleo; y ciencia y tecnología. Los logros hasta ahora han sido modestos y más aún en estos tiempos de crisis. La buena noticia es que el margen de mejora es muy amplio por lo que los pasos adelante están garantizados.