Las islas más controvertidas de Asia.

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SENKAKU/DIAOYU/DIAOYUTAI

Situación: Al nordeste de Taiwan, en el Mar Oriental de China

Reclamadas por: Japón, China y Taiwan

La disputa: Diaoyu, en chino, significa “plataforma pesquera”, y estos pequeños islotes aparecen en documentos de navegación chinos desde el siglo XV. La reivindicación legal de Japón se remonta a 1895 (aunque algunos documentos afirman que fue anterior), cuando Taiwan y los islotes circundantes pasaron a ser suyos tras la guerra con China. Poco después, Tokio los incorporó formalmente al territorio nipón.

Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial, Japón devolvió Taiwan y las islas Paracelso (ver más abajo) a China. Y, como Diaoyu formaba tradicionalmente parte del territorio taiwanes, el gobierno de Taipei cree que tiene derecho a reivindicar las islas. Para complicar aún más las cosas, como Pekín considera que Taiwan pertenece a China, también las reclama. Ahora bien, en 1970, Washington y Tokio firmaron un tratado que devolvía el control de Okinawa a los japoneses y que, a diferencia del firmado al terminar la Segunda Guerra Mundial, hacía mención explícita de Senkaku como parte del territorio nipón. Por eso Japón se apoya en este acuerdo bilateral para hacer su reclamación.

La disputa tendría un interés meramente histórico si no fuera por los grandes depósitos de gas que se cree que existen cerca de las islas.

El conflicto se ha agravado cada vez más; Tokio ha expulsado de la región a barcos de pesca chinos y, en 1990, unos nacionalistas nipones viajaron a la isla para construir un faro. En septiembre de este año, volvió a haber un enfrentamiento cuando el capitán de un barco pesquero chino fue detenido después de chocar con un buque de guerra japonés, un incidente que provocó el peor pulso diplomático entre ambos países de las últimas décadas.

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DOKDO/TAKESHIMA/ROCAS DE LIANCOURT

Situación: En el Mar de Japón, a unos 190 kilómetros al este de la costa de Corea

Reclamadas por: Corea del Sur y Japón

La disputa: Las Rocas de Liancourt es el nombre que los occidentales dan a un grupo de islotes volcánicos denominados Dokdo, “Islas solitarias”, en coreano, y Takeshima, “Islas de bambú”, en japonés. No hay más que dos residentes permanentes en ellas: un viejo pescador coreano y su esposa, cuya presencia es, para el gobierno de Tokio, una “ocupación ilegal”. Sin embargo, la importancia simbólica de Liancourt y su potencial riqueza energética han convertido las islas en una zona caliente en las relaciones entre Tokio y Seúl desde hace más de medio siglo.

Las islas formaban parte del territorio coreano que se anexionaron las fuerzas japonesas durante su conquista de la península de Corea en 1905. Japón perdió la península tras la Segunda Guerra Mundial y, en los 50, Seúl estableció patrullas del servicio de guardacostas alrededor de las islas como símbolo de propiedad. En los últimos años han aumentado las confrontaciones entre las fuerzas aéreas y navales de los dos países, aunque nunca han llegado a lanzarse disparos. Hasta ahora, Tokio ha rechazado en repetidas ocasiones la propuesta que le hizo Seúl hace 60 años, de remitir la cuestión a la Corte Internacional de Justicia para que dicte una resolución.

Las pasiones nacionalistas que suscitan las islas pueden llegar a extremos. En 2005, cuando la prefectura japonesa de Shimane proclamó como día festivo el “Día de Takeshima”, una madre surcoreana y su hijo se cortaron los dedos en señal de protesta ante la embajada nipona en Seúl.

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LAS KURILES

Situación: Se extienden desde la Isla japonesa de Hokkaido hasta la península rusa de Kamchatka

Reclamadas por: Rusia y Japón

La disputa: Más de cincuenta años después de que terminase la Segunda Guerra Mundial, Japón y Rusia no han firmado todavía un tratado de paz, y el obstáculo son las cuatro islas meridionales de las Kuriles, que Tokio considera sus “territorios del norte”. Rusia y China llevan luchando por ellas desde el siglo XVIII, cuando los tramperos y los pescadores empezaron a explorar la región. En 1875, Moscú aceptó entregar las Kuriles a Japón a cambio de controlar la isla de Sakhalin, mucho mayor y que está más próxima a la tierra firme rusa.

Pero Japón recuperó el control de la mitad de Sakhalin durante la guerra rusojaponesa de 1904, y Moscú afirma que eso anula el acuerdo original. En el tratado de San Francisco que Japón firmó con los Aliados en 1951, Tokio renunció a las Kuriles. Pero en el documento se negó a reconocer que fueran soviéticas, y los negociadores de Stalin abandonaron la conferencia. El acuerdo internacional no impidió que los rusos se hicieran con el control de las islas y se calcula que expulsaron a unos 17.000 japoneses tras invadirlas. El Kremlin ha hecho campañas para que se trasladaran a vivir allí sus ciudadanos por su riqueza pesquera y mineral, y hoy viven en las islas casi 17.000 personas, entre rusos e indígenas. La propiedad de las Kuriles sigue sin resolverse.

Las tensiones volvieron a encenderse recientemente cuando el presidente ruso, Dmitri Medvédev, visitó las islas y el Gobierno nipón retiró a su embajador en Moscú en señal de protesta.

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LAS ISLAS PARACELSO

Situación: Más o menos equidistantes de Vietnam y China en el Mar del Sur de China

Reclamadas por: China y Vietnam

La disputa: Esta cadena de alrededor de 30 islotes y arrecifes en el mar de Sur de China es uno de los mayores motivos de contención entre los dos viejos aliados de la guerra fría. Existen pruebas de la presencia china en las islas que se remontan al siglo VIII, en la época de la dinastía Tan, aunque hoy no hay en ellas más que personal militar. En 1887, Francia reivindicó la incorporación de los islotes a la Indochina francesa pese a las protestas de Pekín.

En 1956, con apoyo del gobierno comunista de Vietnam del Norte, China proclamó su soberanía sobre las Paracelso, aunque sirvió de poco, porque el gobierno survietnamita siguió manteniendo una pequeña presencia militar en ellas. La situación estalló durante la “Batalla de las Paracelso” de 1974, cuando Vietnam del Sur envió buques de guerra para expulsar al Ejército chino de la zona. Las fuerzas chinas, que contaban con el respaldo de los norvietnamitas, rechazaron con facilidad a los del Sur y consolidaron el control de Pekín sobre las islas, pero Vietnam mantiene la disputa diplomática.

En el último año, las autoridades de Pekín han arrestado varias veces a pescadores vietnamitas en las proximidades de las islas, con las consiguientes protestas de Hanoi.

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LAS ISLAS SPRATLY

Situación: En el Mar del Sur de China, aproximadamente a dos tercios de distancia de Vietnam en dirección a Filipinas

Reclamadas por: China, Filipinas, Vietnam, Taiwan, Malaisia, Indonesia y Brunei

La disputa: Sería casi más fácil enumerar los países del este de Asia que no reivindican esta cadena de alrededor de 100 islotes, arrecifes y montículos marinos. La rivalidad por ellas y las aguas circundantes comenzó en los años 30, cuando se descubrieron los abundantes recursos de la región en gas, petróleo y pesca. Desde los 50 se han desarrollado en la zona 19 yacimientos petrolíferos y cuatro de gas.

Las reivindicaciones de las diversas partes son diferentes; China es la única que se atreve a reclamar todas las islas (basándose en documentos de navegación de la dinastía Han que se remontan al 110 d. C.). Los japoneses se apoderaron de las Spratly durante la Segunda Guerra Mundial, pero hoy Tokio no tiene ninguna pretensión al respecto. Las islas no tienen habitantes civiles, aunque China, Vietnam y Filipinas poseen tropas estacionadas allí que controlan. La disputa ha degenerado a veces en violencia: en 1998, durante un enfrentamiento entre buques de las marinas china y nipona por un arrecife, murieron más de 70 marineros.

Una resolución conjunta de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático en 1992 comprometió a las partes a intentar resolver las disputas de forma pacífica, pero muchos países siguen acusando a Pekín de emplear su poderío militar para consolidar el dominio de toda la cadena de islas.