
Emplear tácticas legales para conseguir fines militares. Claves para entender qué es lawfare, un concepto que está en auge pero que no es nuevo.
El incremento y la consolidación de estructuras y ordenamientos legislativos en las relaciones internacionales durante los últimos 20 años han propiciado que la ley se haya convertido en una herramienta alternativa y efectiva para muchos Estados y organizaciones a la hora de alcanzar objetivos que tradicionalmente han requerido el uso de la fuerza. El empleo de tácticas legales para la consecución de fines militares no sólo está a la orden del día en los despachos del poder de grandes potencias como Estados Unidos y China y en el seno de instituciones internacionales, sino también en los centros de mando de actores no estatales, fuerzas no convencionales y grupos terroristas. Este fenómeno se conoce actualmente como lawfare -que puede traducirse como “guerra legal o jurídica”- y genera un intenso debate, especialmente en las escuelas de Derecho y en los think tanks anglosajones dedicados a seguridad y defensa.
El término en cuestión lo popularizó en 2001 el general estadounidense Charles Dunlap en un ensayo que publicó para el Carr Center de la Universidad de Harvard titulado Law and Military Interventions: Preserving Humanitarian Values in 21st Century Conflicts. Dunlap, ahora director ejecutivo del centro de Derecho, Ética y Seguridad Nacional de la Universidad de Duke, definió lawfare como “el uso de la ley como arma de guerra” y advirtió que sería la más novedosa característica de los conflictos del siglo XXI. Dunlap utilizó como ejemplo el abuso que hacían los talibanes de las leyes internacionales para impedir que las tropas norteamericanas alcanzaran sus objetivos estratégicos en Afganistán, y posteriormente, otorgó una acepción negativa al fenómeno, señalando al lawfare como “la manipulación de la ley para alcanzar objetivos estratégicos”. Así, el lawfare como estrategia empleada por los enemigos de EE UU se convirtió en una causa adoptada por los sectores políticos y por los ideólogos que apoyaron las intervenciones militares en Afganistán e Irak para cambiar regímenes políticos hostiles y reordenar Oriente Medio tras los atentados del 11-S. En este sentido, el término lawfare todavía no ha encontrado consenso en la comunidad académica en torno a su definición y a su mera existencia como práctica, y han surgido conceptos alternativos al que aportó Dunlap. En el proyecto de la Brookings Institution Hard National Security Choices, que acoge a prestigiosos expertos y analistas, lo definen como “esa zona nebulosa en la que las medidas adoptadas o previstas para proteger a la nación interactúan con las leyes del país y las instituciones.” El profesor de la escuela de Derecho de Harvard, David Kennedy, define lawfare en su libro Of War and Law como “el arte de gestionar conjuntamente la guerra y la ley.”
Sin embargo, el uso de las leyes como armas de guerra no nació con el 11-S y con la política exterior estadounidense de los últimos 15 años. El lawfare tiene más de cuatro siglos ...
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