El culto mundial al cerebro terrorista.

Puede que Osama Bin Laden fuera el hombre más odiado en Estados Unidos y gran parte del mundo. Sin embargo, entre sus seguidores, inspiraba una devoción como la de una secta. Los miembros de Al Qaeda prestaban juramento religioso de lealtad a su líder; otros admiradores llevaban camisetas y colgaban carteles con su imagen. Aquí, un partidario de los talibanes en Quetta, Pakistán, besa su foto el 1 de octubre de 2001.

 

 

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Tras los atentados del 11 de septiembre, los comerciantes registraron un enorme aumento de las ventas de artículos relacionados con Bin Laden. Esta tienda de Quetta, Pakistán, ofrece un cartel del líder de Al Qaeda junto a otro del culturista convertido en gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.

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Bin Laden obtuvo ciertas simpatías en círculos muy alejados de los semilleros de terroristas de Afganistán y Pakistán. Justo después del bombardeo de Bagdad con el  que el gobierno de George W. Bush inició la guerra de Irak, un vendedor de Sao Paulo, Brasil, vende pegatinas para el coche que proclaman el apoyo a Osama y el derrocado presidente iraquí, Sadam Husein.

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El líder de Al Qaeda se transformó en un símbolo para mucha gente, tan lejos como Bangkok, Tailandia (izquierda), y Yakarta, Indonesia (derecha), que lo demostró con mil estilos de camisetas ilustradas con su imagen. En Tailandia, esta manifestante luce la imagen de Bin Laden en una concentración a favor de la democracia en junio de 2007, mientras que en Indonesia, un miembro del grupo musulmán radical del país, Jemaah Islamiya, viste su camiseta para asistir al juicio del jefe del grupo, Abu Bakar Bashir, el 7 de mayo de 2003.

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El 1 de marzo de 2003, las fuerzas estadounidenses y paquistaníes capturaron a uno de los principales ayudantes de Bin Laden -Khalid Sheikh Mohammed, que planeó los atentados del 11 de septiembre-, una acción que intensificó la presión sobre la dirección de Al Qaeda. Dos semanas después, unos jóvenes de Quetta, Pakistán, admiran unos carteles de Bin Laden a la venta en una librería.

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Unos vendedores de Bangkok ofrecen máscaras de Bin Laden.

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El 15 de agosto de 2003, un musulmán tailandés muestra el fondo de pantalla de su teléfono móvil: una representación pixelada de Bin Laden, junto a su nombre escrito en árabe.

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Colonia Bin Laden, en venta en Lahore, Pakistán, en marzo de 2004.

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