Venezuela
Manifestantes antigubernamentales en la base militar de La Carlota, en Caracas, Venezuela. (MATIAS DELACROIX/AFP/Getty Images)

A pesar de que existen mejoras, el mundo sigue siendo menos pacífico que hace una década. Factores como actividad terrorista, intensificación de conflictos en Oriente Medio y aumento de tensiones regionales son algunas de las causas.

El nivel medio de paz global mejoró muy ligeramente el año pasado en el Índice de Paz Global (GPI) para 2019. Es la primera vez que el índice mejora en los últimos cinco años. La puntuación media por países subió un 0,09%; 86 de ellos han mejorado y 76 se ha deteriorado.

A pesar de esta mejora, el mundo sigue siendo mucho menos pacífico que hace una década, con un empeoramiento medio en materia de paz del 3,78% desde 2008. La paz global solo ha mejorado en tres de los 10 últimos años. Este deterioro en la última década se debe a una gran variedad de factores, como un aumento de la actividad terrorista, la intensificación de los conflictos en Oriente Medio, el incremento de las tensiones regionales en Europa del Este y el nordeste de Asia, un número cada vez mayor de refugiados y el agravamiento de las tensiones políticas en Europa y Estados Unidos.

Este deterioro se compensó parcialmente con las mejoras en muchos de los parámetros del área de la militarización. Ha habido una reducción constante del gasto militar como porcentaje del PIB en la mayoría de los países, así como un descenso de la tasa de personal de las fuerzas armadas en casi todos los países del mundo.

La región de Oriente Medio y el Norte de África (MENA) siguió siendo la menos pacífica. En ella están cuatro de los 10 países menos pacíficos del mundo, y ninguno de la zona está por encima del puesto 30 en el GPI. Sin embargo, a pesar de los conflictos armados y la inestabilidad que sigue habiendo en la región, esta se volvió ligeramente más pacífica en el último año. La mayor parte de las mejoras se dieron en el ámbito de la seguridad y la protección, con promedios favorables en las puntuaciones de la tasa de homicidios, la tasa de población reclusa, el impacto del terrorismo, la escala de terrorismo político y los indicadores de delitos violentos.

Europa sigue siendo la región más pacífica del mundo y mejoró muy ligeramente después de varios años de deterioro. Veintidós de los 36 países europeos registraron mejoras en 2018; las más destacables se produjeron en los indicadores de terrorismo político, impacto del terrorismo, refugiados y desplazados internos y tasa de homicidios. No obstante, pese a estas mejoras, la atmósfera política general europea continúa llena de incertidumbres y el resurgimiento de los nacionalismos y el terrorismo son amenazas importantes para la paz.

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La mayor mejora en materia de paz tuvo lugar en Rusia y la región de Eurasia, con avances en ocho de los 12 países de la zona.

El GPI no mide solamente la presencia o la ausencia de guerra. También captura la ausencia de violencia o el miedo a la violencia en tres ámbitos: seguridad y protección, conflicto activo y militarización.

La paz ha mejorado en los ámbitos de seguridad y protección y militarización, y ha sufrido un ligero empeoramiento en el de conflicto activo. De los 23 indicadores del GPI, ocho registraron mejoras y 12, empeoramientos, mientras que los tres restantes no mostraron ningún cambio en el último año.

El área de militarización tuvo la mayor mejora de los tres grandes ámbitos del índice, especialmente en los fondos para las tropas de paz de la ONU, el gasto militar como porcentaje del PIB y las exportaciones de armas. 72 países redujeron su gasto militar como porcentaje del PIB; la mayoría de los mayores descensos se produjeron en países del África subsahariana, Suramérica y Oriente Medio y Norte de África. La República del Congo experimentó la mayor caída del gasto militar como porcentaje del PIB, con 3,4 puntos porcentuales menos. Fue seguida de Irak, que bajó 2,5 puntos porcentuales, y Omán, que bajó 1,1 puntos porcentuales. Trinidad y Tobago fue el único país que registró un aumento de más de un punto en el gasto militar como porcentaje del PIB.

Esta caída respecto al año anterior refleja la tendencia a largo plazo, que muestra que 98 países han reducido el gasto militar como porcentaje del PIB desde 2008, mientras que solo 63 lo incrementaron.

El indicador de exportaciones de armas sigue reflejando la desigual distribución geográfica de la industria mundial de las armas: el 63% de los países no exportaron armas en los cinco últimos años. De los 11 países con los mayores volúmenes de exportaciones de armas per cápita, ocho están en Europa y los otros tres son Estados Unidos, Rusia e Israel. En total, en el último año, 98 países experimentaron una mejora en el área de la militarización, frente a 63 que empeoraron.

El ámbito de seguridad y protección mejoró en general, con avances en 85 países y deterioros en 74. El mayor avance se produjo en el indicador de la escala de terrorismo político, en el que 41 países mejoraron y 27 empeoraron. Esto es una prolongación de la tendencia observada en la última década. Esta mejora se produjo a pesar del aumento del autoritarismo en varios países. Todas las regiones del mundo, menos Suramérica, registraron una mejora o no tuvieron cambios en este indicador, y los mayores avances se produjeron en Costa Rica, Guinea-Bissau, Qatar, Somalia y Gambia. En cambio, en América del Sur, el terrorismo político aumentó en Paraguay, Venezuela y Colombia, lo cual derivó en un deterioro general de este indicador en la región.

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Una familia uigur reza en un entierro en la provincia de Xinjiang, China. (Kevin Frayer/Getty Images)

A pesar de la mejora global en seguridad y protección, hubo varios indicadores que empeoraron, incluidos los de percepción de la criminalidad y tasa de población reclusa. Varios países registraron grandes aumentos en la tasa de población reclusa, especialmente China. Se calcula que un millón de personas, en su mayoría musulmanes de etnia uigur, están presas en campos de reeducación en Xinjiang.

El mayor empeoramiento regional en el ámbito de seguridad y protección se produjo en Norteamérica, en gran parte como consecuencia del deterioro de la paz en Estados Unidos, donde hubo deterioros en los indicadores de delitos violentos, tasa de homicidios e inestabilidad política. Es muy probable que el interés por las condiciones de paz en EE UU se incremente de aquí a las elecciones de 2020.

En resumen, el GPI para 2019 revela un mundo en el que las tensiones, los conflictos y las crisis que han surgido en la última década continúan sin resolver, pero se han hecho ciertos avances hacia la paz. Sin embargo, aunque, en algunos casos, esos conflictos que vienen de atrás han empezado a disminuir o al menos se han estabilizado, no se han abordado las causas fundamentales de muchos de ellos, por lo que las posibilidades de brotes de violencia siguen siendo muy reales. Asimismo, ha habido nuevas tensiones y una insatisfacción creciente con gobiernos de todo el mundo que han provocado una reacción cada vez más autoritaria en determinados países.

A todo esto hay que añadir que los criterios de paz positiva han empeorado ligeramente en los tres últimos años. La paz positiva es un fuerte indicador de la situación de paz en el futuro, y unos deterioros importantes en ella están estadísticamente asociados a empeoramientos posteriores en materia de paz. Mientras no se afronten las causas subyacentes de forma sistemática y se respalden las actitudes, instituciones y estructuras que construyen y sostienen sociedades pacíficas, es muy probable que en los próximos años vuelva a haber un deterioro general de la paz.