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¿Están las instituciones germanas preparadas para combatir a la extrema derecha?
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STR/AFP/Getty Images
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No hace mucho tiempo, la mayoría de la sociedad alemana (medios, instituciones, partidos políticos…) coincidía en que el neonazismo no suponía una gran amenaza para el sistema democrático de la República Federal. Con una serie de formaciones políticas de representación marginal en los Parlamentos regionales y actos de violencia política y xenófoba, esporádicos pero visibles de forma social, en Alemania cundía el consenso sobre el carácter, relativamente, inofensivo de la extrema derecha. Ese consenso ridiculizaba a partidos como el NPD (Partido Nacionaldemócrata de Alemania) e incluso caricaturizaba a los líderes de las diversas formaciones del arco neonazi germano.
Eso parece haber cambiado, al menos en parte, desde el descubrimiento a finales de 2011 de la célula terrorista neonazi NSU (Clandestinidad Nacionalsocialista): un grupúsculo violento de extrema derecha formado por dos hombres y una mujer que asesinó a 9 inmigrantes y una agente de policía entre los años 2000 y 2007, perpetró atentados con bomba y atracó bancos para financiar su vida y actividades clandestinas.
La paulatina salida a la luz de los detalles del caso NSU ha supuesto un escándalo de dimensiones todavía por determinar: la policía y los servicios secretos alemanes no sólo fueron incapaces de encontrar una línea de investigación...
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