Los ratones de campo no llevan pasaportes, y nadie ha pedido nunca la tarjeta de residencia a una rana, pero ¿les afectan los límites de los mapas? De hecho, las fronteras nacionales pueden convertirse en naturales con el tiempo, con consecuencias para los animales que viven a ambos lados.

Tras la normalización de las relaciones de Jordania con Israel en 1994, el biólogo Uri Shanas estudió las diferencias entre la fauna de cada lado de la frontera. Descubrió que los roedores de Israel eran mucho más cautos que los jordanos, una distinción que Shanas atribuye al moderno desarrollo agrícola israelí.

Dichas diferencias pueden persistir durante décadas. Los ciervos de los bosques entre la República Checa y Alemania están aún estancados en la guerra fría, y evitan la antigua frontera porque una valla eléctrica la marcaba entonces. Pero el efecto no es siempre negativo. La zona desmilitarizada entre las dos Coreas ha sido y es una zona prohibida para humanos, lo que la ha convertido en ideal para las muy escasas grullas de corona roja y los ciervos acuáticos chinos.

 

Israel/ Jordania

Frontera: Vallada en gran parte.

Animales afectados: Jerbos y zorros rojos.

 

Alemania/República Checa

Frontera: Abierta y sin vallar desde 1989.

Animales afectados: Ciervos rojos.

 

EE UU/México 

Frontera: Casi un tercio vallado.

Animales afectados: Jaguares y ocelotes.

 

Corea del Norte/Corea del Sur

Frontera: Patrullada en ambos lados por casi 2 millones de soldados.

Animales afectados: Grullas japonesas, ciervos acuáticos chinos, focas moteadas y linces, entre otros.