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Aplicaciones móviles, navegadores virtuales de cepas del virus, redes sociales convertidas en portentosos megáfonos o un nuevo software bioinformático son algunas de las armas que se están utilizando para acotar, reducir y erradicar los brotes de la epidemia.
Docenas de medios de comunicación en todo el mundo quieren saber sobre todo cuánto tardarán los investigadores médicos en hallar una cura, cómo deben reaccionar los Gobiernos de los países desarrollados frente a la tragedia y si existen posibilidades reales de que siegue millones de vidas no sólo en África sino también en lugares como España o Estados Unidos. Dejan fuera de cuadro el importantísimo papel que están empezando a jugar las tecnologías de la información y la participación del sector privado.
El pavor a lo desconocido o la ignorancia a la hora de detectar los síntomas son dos de los principales aliados de una plaga como ésta. Hace falta educar a la sociedad, darle herramientas para confrontar una posible amenaza, ofrecerle contexto y perspectiva sobre lo que es y lo que no es un peligro inminente para toda la población y, especialmente, para los más vulnerables. Eso es lo que hace Ebola Alert, una asociación de médicos voluntarios, cuando utiliza masivamente las redes sociales (han reclutado ...
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