¿Mayor participación comunitaria o un varapalo al Estado de Bienestar? Los primeros pasos de la propuesta estrella del primer ministro británico, The Big Society, alimenta el debate sobre el impacto social de la crisis al coincidir con una histórica y dolorosa reducción del gasto público.
A paso marcial, a pesar del escepticismo de los suyos. Al grito de “tu país te necesita”, David Cameron aprovechó su discurso final ante el Congreso Tory de Birminghan, a primeros de octubre, para volver a la carga con su proyecto de “Big Society” (gran sociedad) alegando que el interés nacional está por encima de todo.
![]() | ||
Getty Images News |
La propuesta, esbozada a finales de 2009, ha ido tomando forma en sucesivos discursos programáticos y, convertida ya en el eje central de su estrategia política, empezó a concretarse en mayo con la llegada al poder de los conservadores. Ahora, además, es una realidad tangible cuya sede está muy cerca de su principal mentor, junto a Downing Street, en la llamada Oficina para la Sociedad Civil que dirige el secretario de Estado, Nick Hurd.
Mucho han cambiado las cosas en el conservadurismo británico desde que, en los 80, Margaret Thatcher afirmara que “no existe algo llamado Sociedad”. Porque, para David Cameron -que quiere pasar a la historia como el gran modernizador del Partido Conservador- la palabra “sociedad” es clave. “La acción social se ha convertido en la esencia del moderno conservadurismo”, dijo en noviembre de 2009. Y la explicación está en el propio proyecto que, según sus palabras, pretende devolver a la sociedad gran parte del protagonismo que fue conquistando el Estado durante los trece años de laborismo, crear una “gran sociedad” basada en la responsabilidad de los individuos y enfrentarla al concepto laborista de “gran gobierno”, al que califican de paternalista y derrochador.
Tampoco forma parte del habitual ideario conservador el método con el que el Primer Ministro pretende financiar la propuesta, la utilización de millones de libras procedentes de cuentas durmientes, depósitos que han permanecido en distintos bancos sin registrar ningún movimiento durante los últimos quince años. Ese fondo servirá para contratar a un ejército de entre cinco y seis mil personas que serán entrenadas como “organizadores comunitarios”. Su misión será identificar líderes locales, aglutinar a los miembros de las distintas comunidades y ofrecerles la ayuda necesaria para que tomen el control de sus asuntos y puedan solucionar sus propios problemas, desde crear una cooperativa para evitar el cierre de un pub, algo que ya está en marcha, hasta ayudar a los padres a crear nuevas escuelas o constituir pequeños grupos de voluntarios con el fin de desarrollar todo tipo de proyectos locales.
“Ahora somos los radicales”, dijo Cameron en el Congreso de Birminghan, quizá pensando en que su propuesta se basa en buena parte en el movimiento desarrollado en Estados Unidos por Saul Alinsky, un dirigente de la llamada izquierda “no socialista” que pasó cuatro décadas ejerciendo la acción social en beneficio de los más desfavorecidos y que formó ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF