A pesar de la crisis alimentaria mundial y del astronómico precio del barril de petróleo, acabar con la miseria es posible. Así de optimista se muestra el economista Mohamed Yunus, conocido como "el banquero de los pobres" y autor de Un mundo sin pobreza (Paidós, Barcelona, 2008), que acaba de publicarse en español.

 

FP en español: Foreign Policy y Prospect han elaborado la lista 2008 de los 20 intelectuales más importantes del mundo. Usted ha quedado en el puesto número dos (de una lista de cien nombres y con una participación de medio millón de votantes). ¿Conocía su buena clasificación?

Mohamed Yunus: Sí, lo sabía porque salió en los periódicos y cuando lo leí fue una gran sorpresa para mí. Al leerlo nos preguntamos, ¿quién habrá sido el primero?














Cortesía de www.muhammadyunus.org



No más caridad: "No hay ningún principio del capitalismo que diga que los pobres no puedan ser propietarios de una empresa", afirma Yunus.

FP: En su libro asegura que en los próximos años, 500 millones de personas saldrán de la pobreza. En cambio, los últimos datos sobre la crisis alimentaria hablan de que otros 100 millones caerán en ella. ¿Tras lo sucedido los últimos meses, y dados los acontecimientos, cambiaría sus expectativas?

MY: No, todo lo contrario. Lo que hay que hacer es abordar los problemas. Precisamente, la ventaja de los microcréditos es que son mucho más flexibles. Cuando suben los precios, los pequeños negocios de la gente pobre pueden aumentar también los precios de sus productos y no pierden tanto dinero como si, por ejemplo, tuviesen un salario fijo, donde tendrían menos margen. Aunque, por supuesto, las familias pobres son las más perjudicadas. El gran reto debe ser controlar el aumento del precio de los alimentos.

FP: Usted es optimista en cuanto a la consecución de la llamada Declaración del Milenio. ¿De verdad cree que se están cumpliendo los retos previstos?

MY: Antes de la crisis, creo que en el mundo nos estábamos acercando a los objetivos establecidos en la Declaración del Milenio. Por ejemplo, Bangladesh se encontraba en una posición bastante buena para conseguir los ocho objetivos del Milenio: en seis va muy bien y en dos va un poco atrasado, pero en los próximos 5 ó 8 años podría conseguirlo. Hay muchos países asiáticos que van a poder alcanzarlos y que ya se encuentran entre las grandes potencias económicas. El problema es África, donde hay muy pocos Estados que puedan lograrlo. Eso era antes de la crisis. Ahora, probablemente el cálculo sea distinto y el futuro algo más difícil. Lo que tenemos que hacer es buscar programas para superar esta presión y alcanzar de todos modos esos objetivos. Tengo la esperanza de solucionarlo, aunque África va a necesitar un esfuerzo especial.

FP: Uno de los conceptos que le han hecho ...