Cinco países que empeoran en materia de paz

¿Cuáles son los cinco lugares del mundo donde la situación de paz ha sufrido un deterioro? 

El Índice de Paz Global 2018 (ICG) muestra como el promedio mundial se ha deteriorado en un 0,27%. Nunca había habido un número tan elevado de países con empeoramientos de la paz en un solo año desde el IPG 2010, y desde 2008 solo ha habido dos años peores.

Los mayores deterioros en la paz han estado repartidos por todo el mundo: entre los cinco más destacados hay representados países de cuatro regiones diferentes. El mayor empeoramiento se produjo en Qatar, que perdió 26 puestos en la clasificación. España también ha sufrido uno de los mayores deterioros de la paz, el cuarto año consecutivo en el que un país europeo sufre una de las cinco caídas más elevadas. El deterioro se ha repartido entre las tres áreas del IPG, si bien los empeoramientos más destacados se han producido en los indicadores de la escalada de terrorismo político y los conflictos externos.

Qatar

Qatar tuvo el mayor deterioro de la paz de todos los países en el IPG 2018. Su puntuación global ha caído 0,206 y le ha hecho descender 26 puestos, del 30º al 56º. La nota de Qatar ha empeorado en las tres áreas del IPG, y sobre todo en la de conflictos persistentes. Qatar ha dejado de ser el país más pacífico de Oriente Medio y la región del Norte de África, aunque todavía figura entre los tres primeros.

El incremento de las tensiones con los países vecinos es el factor que más ha contribuido a su caída: el indicador de relaciones con los países del entorno ha pasado de una puntación de 2 a 3. Qatar sufre un boicot político y económico que iniciaron cuatro Estados árabes (Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin) el 5 de junio de 2017. Le acusan de promover políticas que son desestabilizadoras para la región. El emirato lo niega. El boicot, a su vez, ha producido un deterioro del conflicto interno, porque el Gobierno catarí se ha vuelto muy suspicaz ante las críticas internas, un deterioro en materia de inestabilidad política y un aumento de la probabilidad de protestas violentas, seguramente por el recorte de los programas de bienestar debido a las repercusiones del boicot en las finanzas públicas.

República Democrática del Congo

El deterioro en materia de paz en general ha hecho que la República Democrática del Congo caiga cinco puestos en el IPG 2018. Hoy figura entre los 10 países menos pacíficos del mundo. Es menos pacífico que en ningún otro momento de la última década, y es el tercer país menos pacífico del África subsahariana, solo por detrás de Somalia y Sudán del Sur.

El empeoramiento de la paz se ha producido en relación con varios indicadores. El número de refugiados y desplazados internos como porcentaje de la población ha pasado del 2,77% a 5,32%. El riesgo de guerra civil se ha incrementado, con el consiguiente deterioro en el indicador de intensidad del conflicto interno. La violencia y la actividad rebelde han subido, drásticamente, en todo el país, en especial en las provincias de Kasai, Kasai Central, Kasai Oriental, Haut Uele, Haut Lomami, Ituri, Kivu del Norte, Kivu del Sur, Maniema y Tanganika. También ha habido un deterioro simultáneo de la percepción de la criminalidad, debido al aumento de los delitos, la violencia general y la actividad de los grupos armados desde finales de 2016. La población civil tiene grandes dificultades para obtener artículos de primera necesidad, como alimentos, en varias partes del país, y las fuerzas de seguridad están llevando a cabo arrestos y detenciones de forma arbitraria.

Togo

Togo ha experimentado el tercer mayor deterioro en puntuación y la mayor caída en la lista, 32 puestos. Figura en el puesto 98 del IPG, el más bajo que ha ocupado jamás. El empeoramiento de la paz en Togo ha estado impulsado sobre todo por el deterioro en el área de los conflictos persistentes, como consecuencia del aumento de las tensiones dentro del país y con sus vecinos.

La intensidad del conflicto interno ha pasado de 2 a 3 puntos, de un máximo de 5. Las turbulencias políticas se han intensificado desde agosto de 2017. Las protestas masivas son habituales, para exigir reformas electorales y el fin del régimen de Gnassingbé. El resultado es el deterioro de la seguridad en general, sobre todo en las áreas urbanas, donde la oposición al presidente es más fuerte y se producen choques violentos entre las fuerzas de seguridad y los combatientes de la oposición. Esto, a su vez, ha producido un empeoramiento del indicador de manifestaciones violentas y de la inestabilidad política. En el exterior, el indicador de las relaciones con los países vecinos también ha empeorado, de 2 a 3 puntos, a medida que la inestabilidad interna ha suscitado reacciones de otros países de la región. Las graves tensiones y la represión violenta ejercida por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes han animado a los líderes regionales a endurecer su tono con el Gobierno. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ha instado a Togo a abrir un diálogo incluyente para acabar con la crisis y poner en marcha reformas políticas que respeten el orden constitucional y las instituciones democráticas.

España

Espala ha sufrido el cuarto mayor empeoramiento general en materia de paz, y el mayor de la región europea. Ha dejado de figurar entre los 20 países más pacíficos, ha descendido al puesto número 30 y está en la mitad inferior de los países de Europa.

El deterioro de la paz en España se ha debido a dos tendencias: el aumento del indicador del impacto del terrorismo y el deterioro del ambiente político por el malestar relacionado con la posible secesión de la región de Cataluña. En 2017 hubo varios atentados terroristas de cierta notoriedad, especialmente el atentado del mes de agosto en las Ramblas de Barcelona, que mató a 14 personas e hirió a un centenar más. En los días siguientes hubo otros atentados de menor dimensión.

La intensidad del conflicto interno y la probabilidad de protestas violentas se han agravado como consecuencia de la agitación en Cataluña. El referéndum ilegal de independencia convocado por el Gobierno autónomo de Cataluña el 1 de octubre de 2017 y la subsiguiente declaración unilateral de independencia del Parlamento regional han polarizado profundamente la opinión pública, en la región y en España en general, a propósito del nacionalismo regional. Lo mismo ocurre con la respuesta excesiva del Gobierno nacional, que utilizó ocasionalmente la fuerza en su intento de impedir el referéndum. El Ejecutivo aplicó el Artículo 155 de la Constitución española para suspender temporalmente a la Administración autónoma y convocar elecciones anticipadas. El sentimiento nacionalista de la región, por un lado, y el sentimiento patriótico español de los catalanes unionistas y los españoles de otras regiones, por otro, se han afianzado cada vez más. Es de prever que esa polarización va a mantenerse a medio plazo.

Myanmar

Myanmar cayó 15 puestos en la lista del IPG y está hoy en el 122, el más bajo que ha ocupado nunca. La mayor parte de su deterioro se ha producido en el área de seguridad y protección, que empeoró 0,33 puntos. Seis de los 11 indicadores de esta área empeoraron, y no ha mejorado ninguno.

Los mayores deterioros generales se produjeron en los indicadores de la escala del terrorismo político, la percepción de la criminalidad y la inestabilidad política. Las tensiones entre la minoría musulmana de los rohingyas y la mayoría budista en el estado de Rakhine se intensificó enormemente tras los ataques llevados a cabo en agosto de 2017 por el Ejército de Salvación Rohingya Arakan, un grupo insurgente de etnia rohingya, contra 16 comisarías de policía. Hace ya tiempo que mucha gente en Myanmar ve a los miembros de la comunidad rohingya como inmigrantes ilegales llegados de Bangladesh. Existe un peligro creciente de que la histórica desconfianza entre las comunidades de la minoría musulmana y las de la mayoría budista en Rakhine se extienda a otras regiones del país y afecte a la seguridad de las personas de ambos grupos en su día a día. El conflicto entre musulmanes y budistas ha hecho que aumente la inestabilidad política, porque las tensiones entre Myanmar y Occidente se han agravado desde las medidas represivas del Ejército contra sospechosos de ser rebeldes musulmanes. La consecuencia ha sido una crisis humanitaria en la frontera entre Myanmar y Bangladesh. Más de 600.000 musulmanes rohingyas han huido del país, y eso ha empeorado el indicador de refugiados y desplazados internos.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapias.