En el barco de la exhibición "MS Wissenschaft", centrada en la bioeconomía, una mujer se para frente a barriles de petróleo convertidos donde se crían dientes de león para obtener materias primas fósiles alternativas. Guido Kirchner/Getty Images

El término bioeconomía está en auge y su desarrollo puede impulsar a la economía sostenible. ¿Cómo es posible garantizarlo? He aquí algunas ideas. 

Actualmente, afrontamos dos crisis medioambientales muy interrelacionadas entre sí: la provocada por el cambio climático y la pérdida acelerada de biodiversidad. Según el informe del IPBES de 2019, la pérdida de biodiversidad tiene un efecto directo sobre más de un millón de especies, que se encuentran en peligro de extinción, lo que amenaza el sustento de las personas que dependen de ellas y del equilibrio de sus ecosistemas. 

En este contexto de emergencia climática y ambiental, y según el propio IPBES en su informe de 2022, además de avanzar hacia el cumplimiento de las metas y compromisos internacionales de protección y restauración de los ecosistemas naturales, se hace más necesario que nunca el cambio en los modelos de producción y consumo relacionados con la pérdida de biodiversidad y la sobreexplotación de los recursos naturales, y con ello la búsqueda de vías de futuro relacionadas con la economía verde, donde la bioeconomía juega un papel clave.

El término bioeconomía fue introducido por el economista rumano Nicolas Georgescu-Roegen, en su obra “La Ley de la entropía y el proceso económico” (1971), donde señalaba la necesidad de contemplar las leyes de la biología y la termodinámica en la economía. Por lo tanto, el auge actual de la bioeconomía responde a la necesidad de volver a vincular ambos conceptos en los modos de producción y consumo.

En la última década, el concepto de bioeconomía ha ganado más visibilidad e importancia a nivel internacional siendo objeto de trabajo de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Una de las definiciones más extendidas de la bioeconomía es la acuñada por la FAO: "la producción, utilización y conservación de los recursos biológicos, incluidos los conocimientos relacionados, la ciencia, la tecnología y la innovación, para proporcionar información, productos, procesos y servicios a todos los sectores económicos con el objetivo de avanzar hacia una economía sostenible". Sin embargo, el concepto de bioeconomía no es un concepto estático y su significado sigue evolucionando y sigue adaptándose a diversos entornos y organizaciones.

Lo cierto es que el desarrollo de la bioeconomía es necesario tanto para que la naturaleza pase a ser un motor de desarrollo sostenible como para que los modos de producción y consumo actuales puedan avanzar hacia la neutralidad climática y hacia una mayor compatibilidad con la conservación y protección de los recursos naturales. Un ejemplo de esto son las opciones que ofrece la bioeconomía forestal, y en concreto el aprovechamiento sostenible de la madera para la construcción, en comparación con alternativas que ...