Por qué una mayor presencia de mujeres en la toma de decisiones es positiva para la lucha contra el cambio climático.

Un pequeño grupo de mujeres se reunió en la Huelga Climática de Mujeres en el Parlamento el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2022 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. (Brenton Geach/Gallo Images via Getty Images)

Por naturaleza el ser humano es un ser creativo, cuyo rasgo distintivo es la imaginación. La capacidad de crear infinitas alternativas a lo existente es lo que le permite trabajar la resiliencia y la adaptación frente a cualquier reto que se le presenta.

El cambio climático es uno de estos desafíos, y requiere mucha valentía visualizar las consecuencias adversas y diseñar soluciones que aún están pendientes de validar. Una de las formas de hacer frente a la emergencia climática ha sido la implementación de la Agenda 2030 por la Asamblea General de la ONU.

¿Cómo partiendo de un solo objetivo se pueden alcanzar todos estos cambios? El primer paso es asumir, desde la visión colectiva, la nueva perspectiva de habitar una realidad compartida. Esta tarea consiste en incluir a las mujeres y hacerlas protagonistas de la transformación deseada.

Las mujeres, durante toda la historia, se vieron sometidas al rol de cuidadoras de la familia. Esto ha facilitado que ellas estén orientadas a saber gestionar los recursos de una forma en la que las prácticas de colaboración, reciprocidad, mutualidad, altruismo, cooperación, de apoyo o cuidados entre los participantes son posibles. Estas prácticas han favorecido que se creen lazos duraderos, entre tanta volatilidad y cambios a los que estamos sometidos.

Como seres humanos somos vulnerables y frágiles, no podemos avanzar sin mantener la confianza y la seguridad. Y ese es otro de los rasgos que tienen las mujeres y que nos permiten seguir adelante, su papel promoviendo la paz y la estabilidad. Como dice la experta estadounidense Tessie San Martin, las mujeres y las niñas ayudan a crear las condiciones para una paz y estabilidad sostenibles, que es “una condición previa para el crecimiento económico sostenible”.

Según el Informe Global sobre la Brecha de Género del Foro Económico Mundial de 2013, “la competitividad de una nación a largo plazo depende significativamente de cómo se educa y se dividen las tareas a las mujeres” y también influye mucho si tienen “los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades que los hombres”. De ahí que el empoderamiento económico de las mujeres vaya entrelazado con el empoderamiento social, que a su vez hace posible lograr alternativas a las estrategias existentes para hacer frente a la emergencia climática. 

Sumar a la mujer incorpora diversidad, y ésta es la garantía de la variedad de los derechos y lo que permite a la democracia existir. De ahí, la meta de nuestras sociedades: que la igualdad de género no solo sea un derecho humano fundamental, sino una base necesaria para un mundo pacífico, próspero y sostenible.

En este sentido, el rol de la mujer poco a poco comienza a tomar más presencia en todos los ámbitos. Debemos atender a los comunicados lanzados por mujeres lideresas y apoyarlas en su forma de ver los problemas, desde una perspectiva constructiva y basada en ver los desafíos como oportunidades con el fin de ser mejores. 

Para encontrar las soluciones eficaces miremos hacia nuestras raíces

Las invenciones tecnológicas que permiten nuestro desarrollo como sociedad deberían inspirarse en la naturaleza, nuestra mayor maestra. E incorporar a la mujer en ese proceso sería clave, porque está conectada desde su concepción con la naturaleza.

Las mujeres son las lideresas innatas que detectan lo que es necesario desde el enfoque colectivo o comunitario, lo que impide la toma de decisiones desde el ego y el individualismo. Sus acciones se basan en el respeto del orden, del ciclo y el ritmo natural, que podrían conformar la nueva base de las decisiones y herramientas que nos acerquen a un mundo mejor.

Como aclara un documento de la Entidad de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, en 2015: “el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género tienen un efecto catalizador en el logro del desarrollo humano, la buena gobernanza, la paz sostenida y la dinámica armoniosa entre el medio ambiente y las poblaciones humanas”.

Solo así se reestablecerá la integridad del ser humano con el mundo orgánico, parte del que formamos. Las mujeres son capaces de ver el camino hacia las condiciones de la sostenibilidad e igualdad que incluyen una nueva forma de generar relaciones.

Este artículo fue publicado con anterioridad en La juventud responde.