Una nueva alternativa para sentar a Washington y Teherán en la mesa de negociaciones.Wreslting. AFP/Getty Images

¿Se imaginan al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad delante de una bandera estadounidense de grandes dimensiones y dando la mano de forma entusiasta a los miembros de una delegación de ciudadanos de Estados Unidos? Pues esta imagen no pertenece a ningún film de ciencia ficción o al futuro guión de una segunda parte de la oscarizada película Argo, sino que dicho acontecimiento ocurrió en Teherán el pasado febrero en el marco de la Copa del Mundo de una modalidad de lucha olímpica llamada Freestyle Wrestling, lucha parecida a la greco-romana y muy popular en Irán, organizada por la Federación Internacional de Estilos de Lucha Asociados (FILA).

En dicha imagen difundida por la televisión estatal iraní en inglés Press TV, Ahmadineyad aparece en el pódium de vencedores junto al equipo anfitrión que se proclamó campeón del mundo, al mismo tiempo que saluda a la delegación de Estados Unidos que finalmente acabó en tercera posición. Además, en el mismo reportaje se muestran entrevistas a los técnicos y luchadores de este último equipo que agradecen el trato dispensado hacia ellos por parte de las autoridades y los aficionados iraníes, y que ensalzan las excelentes relaciones existentes entre las federaciones deportivas de ambos Estados.

Por ello, cabría preguntarse si en el actual contexto de negociaciones sobre el programa nuclear iraní y con el nuevo ofrecimiento realizado por la administración Obama para entablar un diálogo bilateral directo con el régimen de los ayatolás para tratar dicho asunto, podríamos estar ante un nuevo episodio de diplomacia deportiva entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán que podría denominarse la diplomacia del wrestling. Su objetivo sería abrir líneas de comunicación entre los dos países, ya no sólo para solucionar el conflicto nuclear iraní, sino también para tratar otros asuntos de la agenda de seguridad internacional que les afecta a ambos como la guerra civil en Siria o el escenario afgano, y su estabilización después de la presumible retirada de tropas estadounidenses en 2014, entre otros. Así y salvando los posibles paralelismos y contextos propios de cada escenario, la diplomacia del wrestling intentaría reproducir la exitosa diplomacia del Ping Pong desarrollada por Estados Unidos y la República Popular de China (RPC) en los 70.

La diplomacia del Ping Pong tuvo su inicio en 1971 con la visita del equipo estadounidense de ping pong a China previa invitación de la federación de este Estado, la primera de una delegación deportiva de EE UU desde la creación de RPC en 1949. El objetivo de dicha diplomacia fue la de facilitar los contactos y la celebración de encuentros bilaterales entre ambas partes para intentar normalizar sus relaciones. Ello derivó no sólo en la visita del presidente Richard Nixon a Pekín en 1972 donde fue recibido por el propio Mao Zedong, sino que en 1979 acabó con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países durante el mandato del presidente Jimmy Carter. ...