La metanfetamina es el viaje de moda. El consumo de este polvo cristalino crece con más rapidez que el de ninguna otra droga ilegal en todo el mundo. Sus tentáculos son una amenaza global, aunque Estados Unidos es el país donde más visibles son sus consecuencias.

 

CLARA COMO EL CRISTAL

El precio de la metanfetamina suele ser el mejor indicador de su disponibilidad. Cuanta más cantidad hay, más barata está en la calle. Los adictos chinos pagan unos pocos dólares por un gramo de baja calidad, pero los estadounidenses tendrán que desembolsar 160 dólares (unos 110 euros) por un gramo de mucha mayor pureza.

 

 

 

FUERTE COMO UNA ROCA

Los adictos a la metanfetamina y a su prima, la anfetamina, suman en total 25 millones en todo el planeta. Más de la mitad viven en Asia, donde inmensos laboratorios producen toneladas de meta en pastillas y en cristales que los consumidores se inyectan, tragan, esnifan o fuman. Esta sustancia es la droga ilegal más popular en Camboya, Filipinas y Tailandia.

 

ESTÍMULOS CASEROS

Hay laboratorios de metanfetamina de muchos tamaños: los más grandes florecen en Asia, mientras que los mini, montados en el sótano de papá y mamá, proliferan en Estados Unidos. Por encima del 60% de los alijos de meta capturada en el mundo se encuentra en Asia, a causa de los cárteles procedentes de China, Myanmar y Filipinas.