Argentina surge y resurge de sus cenizas. La crisis de 2001 sigue presente, a pesar de que el país crece casi al 9% y concentra una enorme producción de materias primas, el bien más cotizado en los tiempos que corren. La amenaza de otra depresión asoma en una población preocupada, sobre todo, por la inseguridad y la creciente inflación que marca el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Ésta es una entrevista con la sociedad argentina, cuyas respuestas representan su opinión mayoritaria, según recientes sondeos.  

 

FP edición española. ¿Es cierto que resuelve todos sus problemas en el diván?

Sociedad argentina. Ése es uno de los falsos mitos que me persiguen. Si fuera como usted dice, mis problemas estarían resueltos, y no es así. De todas formas, tengo más psicólogos que ningún otro país: 56.000 registrados. Esto es, uno por cada 649 habitantes. ¿Cuánta gente recurre al “diván”, según su expresión? No lo sé, pero la mayoría de los ciudadanos que acude a terapia lo hace dos veces por semana.

 

FP. En España, hay gente que piensa que es cosa de ricos.

SA. Se equivocan, la asistencia psicológica no tiene clase social. Pobres y ricos acuden indistintamente, aunque los segundos recurren a consultas privadas. El resto, los que andan mal de dinero, tienen la opción de ir a centros municipales especializados o a hospitales públicos, donde suele haber consultorios que ofrecen terapias breves, cognitivas, psicoanalíticas o una mezcla de todo un poco… Con los psicólogos pasa lo mismo que con el resto de los profesionales: si quieres elegir debes tener plata.

 

FP. Dinero no le falta últimamente. Desde 2003, crece a un ritmo sostenido en torno al 9%, y en el Banco Central atesora cerca de 50.000millones de dólares en reservas (algo más de 31.000 millones de euros).

SA. Eso es cierto, pero es insuficiente para tener una calidad de vida adecuada. Hay demasiada gente sin trabajo, los precios se disparan, la educación, que fue de las mejores de América, ha empeorado, la sanidad no llega a todas partes… En algunas provincias se vive miserablemente, en invierno hay chicos que dejan de ir al colegio porque no hay calefacción, pero algunos asisten para tener una comida al día… Fíjese, yo, como Brasil, también tengo indígenas perdidos en la selva, pero ustedes, los europeos, tienden a fijarse más en la opulencia de Buenos Aires.

 

FP. Aunque sólo tenga tres millones de habitantes, su capital siempre ha sido su escaparate…

SA. Basta con adentrarse en la provincia de Buenos Aires para ver otra Argentina. Con un 38% del censo electoral, genera un tercio del PIB y, sin embargo, padece miserias y delincuencia sin el control debido.

 

FP. No se entiende muy bien ese escenario. Usted, desde 1910, nunca había tenido tantos años seguidos de crecimiento. Además es rica en granos y soja, que ahora están por las nubes. El contexto no le puede ser más favorable.

SA. La soja es nuestro oro verde, aunque mi presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, la confundió con un yuyo (un arbusto). Tengo tanta que con una sola cosecha saldo buena parte de la deuda que tenía con el FMI.  Daría la impresión de que el Gobierno la quiere demonizar, porque la acosa con impuestos para aumentar la recaudación para “redistribución” y para “reconstrucción social”, pero yo me inclino a pensar que lo va a utilizar para otros propósitos. Aunque eso es una práctica corriente entre los gobernantes argentinos.

 

FP. Pero este Ejecutivo es diferente, es muy nuevo, ni siquiera lleva un año.

SA. ¿Usted cree que ha cambiado? Son, con un par de excepciones, los mismos ministros. La presidenta habla en plural de su gestión, y se refiere a ella como el proyecto “que iniciamos” –con su marido, el anterior presidente– hace seis años largos. Néstor Kirchner, que se ha convertido en el jefe del peronista Partido Justicialista (PJ), se turna con ella para dar muestras de poder. Pero el peronismo es así, no hay nada nuevo bajo el sol.

 

FP. ¿Usted no es peronista?

SA. ¿Quién le ha dicho eso? El peronismo tradicional que representan el Partido Justicialista (PJ) y la corriente del Frente para la Victoria (FPV, liderado por los Kirchner) me resultan muy poco atractivos.

 

FP. Echando la vista atrás pareciera que, al final, los únicos que la pueden gobernar son peronistas.

SA. ¿Qué entiende usted por gobernar?

 

FP. Administrar un país con sentido de Estado, respetar la independencia de los poderes, las libertades y los derechos de los ciudadanos por igual…

SA. ¡Los españoles…! Muchos de mis ciudadanos descienden de ellos. Tengo una buena imagen de ellos, en general, pero no hay que olvidar que Franco murió en la cama después de 40 años y que los españoles cruzaron los Pirineos anteayer…

 

FP. ¿Qué le irrita de la pregunta o de la explicación?

SA. Se refiere a términos y conceptos que mis clases dirigentes no acostumbran a incorporar en su léxico.

A veces veo a Brasil como el padre que me gustaría ser de mayor y, al mismo tiempo, a quien tengo que matar para superar el complejo de Edipo

 

FP. ¿Por qué?

SA. Porque son años de historia, de vivir de una manera, de responder a una filosofía y a una cultura donde corrupción, abuso de poder e interés personal han primado sobre el bienestar común. ¿Cómo pretender que eso cambie de la noche a la mañana?

 

FP. Ahora que menciona la corrupción, supongo que es un problema importante para usted.

SA. Ocupa el sexto lugar en la escala de mis preocupaciones. Y, en general, creo que las mujeres son tan corruptas como los hombres, aunque en ocasiones diría que menos. Pensándolo bien, creo que la corrupción es “desenfrenada”, y así se lo dije a Transparencia Internacional el año pasado.

 

FP. Se la ve muy pesimista. Es cierto que batió el récord de tener cinco presidentes en una semana, pero también el de salir rápidamente de una crisis económica que parecía terminal.

SA. Soy como la materia, que no se crea ni se destruye, se transforma, pero su ADN sigue siendo el mismo. La mayor parte de mis ciudadanos tiene expectativas muy bajas.

 

FP. ¿En qué zona de la cadena de ese ADN está el milagro para haber superado el batacazo de 2001?

SA. No existe tal milagro, es una conjunción de factores. Creo que tuvimos suerte de que Néstor Kirchner heredara a Roberto Lavagna, el ex ministro de Economía, que hizo el mejor canje de deuda de la historia. Además, a juicio de buena parte de los especialistas, el contexto fue y me es favorable. Las materias primas –que son mi fuerte– se cotizan al alza, y el Gobierno recauda mucho a base de impuestos, como el de las exportaciones, que no existe en ningún país de la Unión Europea. Además, la devaluación me convirtió en un país atractivo, los turistas se han multiplicado y me dejan buenas divisas, pero, muchas veces, la amenaza de otro batacazo aún ronda por mi cabeza.

 

SEGURA DE SÍ MISMA

FP. ¿Qué le preocupa?

SA. Lo que más me inquieta, con mucha diferencia, es la inseguridad. Le siguen, a bastante distancia, la inflación, el desempleo y la situación económica. Pero, en general, creo que mis vecinos están peor. En el contexto latinoamericano, me considero un país seguro.

 

FP. ¿No pierde el sentido del humor y la ironía?

SA. Son características naturales. Si se pregunta a mis habitantes a quién elegirían entre sus amigos o con cuál harían antes un negocio: a un suizo (23%), a un español (15%) o a un estadounidense (6%), los argentinos ganan por goleada (35%)…

 

FP. No ha mencionado a Brasil.

SA. Es otro mundo, es amigo y competidor. A veces lo veo como el padre que me gustaría ser de mayor y, al mismo tiempo, a quien tengo que matar para superar el [complejo de] Edipo. La verdad, cuando observo el rumbo que lleva, en general, me da envidia.

Cacerolada contra Kirchner: protesta en la ciudad de Córdoba en marzo.

 

FP. Y de Chile, ¿qué piensa?

SA. Es distinto. Hemos tenido diferencias históricas: me traicionó durante la guerra de las Malvinas espiando para Margaret Thatcher, tuvieron a Pinochet, y yo a Videla y compañía… Les va bien, pero creo que son ellos los que, a veces, nos envidian.

 

FP. Ahora que menciona las dictaduras militares en el Cono Sur, ¿siente nostalgia de esa época?

SA. La pregunta ofende.

 

FP. Su presidenta menciona a los “golpistas”, en la mayoría de sus intervenciones, como sujetos activos. También lo hace Néstor Kirchner, y hasta lo dejó reflejado en un documento del PJ contra el campo por protagonizar un paro patronal que terminó transformándose en una crisis nacional.

SA. Una cosa es el uso que hace este Gobierno de los derechos humanos, y otra muy distinta que haya un sentimiento o movimiento golpista latente. Descartado por completo.

 

FP. ¿Cómo son sus relaciones con los militares?

SA. Simplemente correctas. El número de efectivos en actividad hoy que pertenecían a las Fuerzas Armadas durante la dictadura es insignificante. Las Abuelas de la Plaza de Mayo localizaron hace poco al nieto número 90. Es esperanzador. Pero, volviendo a la pregunta inicial: no, no hay nostalgia de ese pasado, aunque si busca encontrará algún grupúsculo aislado que piensa que aquellos tiempos fueron mejores. Pasa en todas partes.

 

FP. ¿Tiene problemas con la Iglesia?

SA. No, aunque soy poco practicante. Pero el Gobierno se lleva fatal: el Vaticano ni siquiera le ha dado el plácet al candidato a embajador designado. La verdad es que este Ejecutivo tiene pocos amigos fuera de casa, y, los que tiene, a veces, dudo si son de fiar. Yo siento un rechazo histórico y profundo hacia EEUU, pero eso no significa que Venezuela sea un ejemplo a seguir.

 

FP. ¿Qué fama tienen sus medios de comunicación?

SA. Unos son más críticos que otros, pero a los Kirch Kirchner les dan alergia. Dicen que no necesitan intermediarios y se despachan a sus anchas desde la Casa Rosada. Algunos corresponsales se ríen de esa imagen, pero, me guste o no, ella es la jefa de Estado.

 

FP. ¿Le gusta que sea una mujer?

SA. Mire, no es una cuestión de género, porque arrasó en las elecciones, así que no intente acusarme de machista. Lo importante es si lleva el rumbo correcto o no. Y me inclino a pensar que ha enfilado el camino equivocado, aunque tiene tiempo para corregirlo. Lo que me irrita con más frecuencia es su estilo, pero no tendría importancia si resolviera bien los problemas. Cada vez me convence menos.

 

FP. ¿Qué ve cuando se mira en el espejo?

SA.  Alguien inteligente y muy poco respetuoso con la ley, sobre todo. En segundo lugar, me reconozco oportunista y de carácter emotivo. Por último, veo tristeza y una tendencia al idealismo.

 

FP. ¿Y qué le gustaría ver?

SA. Por este orden, dirigentes capaces y honestos, más educación, esfuerzo, trabajo, espíritu de sacrificio y solidaridad.

 

FP. Parafraseando a Borges, ¿se podría decir que a sus ciudadanos “no los une el amor sino el espanto”?

SA. Es una pregunta difícil. Yo diría que nos unen la solidaridad, sentimientos comunes, los deportes, los problemas y, hasta cierto punto, la cultura, nuestra tradición y una historia compartida. Pero ya que le gustan las citas, le recuerdo otra, también de Borges, que decía que los argentinos individualmente son geniales, pero colectivamente, un fracaso.

 

 

¿Algo más?
Esta entrevista refleja un conjunto variado de encuestas realizadas por diversas consultoras y centros de estudios argentinos hasta principios de junio. Su contenido está basado en los trabajos, entre otros, de Römer y Asociados, Ibarómetro, Poliarquia, Universidad Católica (UCA) en colaboración con TSN Gallup, Programa de Estudios de Opinión Pública de la Universidad Abierta Interamericana, Giacobbe y Asociados y D’Alessio/Irol. El tono de las respuestas pretende adecuarse al perfil más extendido que tienen de sí mismos buena parte de los argentinos. Los análisis e impresiones de los responsables de las encuestas se han tenido en cuenta junto a los datos.

Como información complementaria, valen algunas opiniones de los sociólogos consultados. Para Graciela Römer, “la luna de miel de la presidenta con la opinión pública ha sido más que breve”. “La imagen popular de su gestión parece más propia de un Gobierno con varios años a sus espaldas que de uno que apenas lleva seis meses”, opina. Esto explica, a su juicio, “el desgaste de una Administración que se percibe como la continuidad de la anterior”. Para el Centro de Estudios Nueva Mayoría, que dirige Rosendo Fraga, la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner tenga que renunciar por una crisis está descartada. Esa hipótesis se barajó en los días más duros del conflicto con el campo, que llegó a dejar desabastecido parcialmente el país y desembocó en más de cuatrocientos cortes de carreteras. Por último, Giacobbe y Asociados, según la opinión de un millar de argentinos residentes en 19 países, consideran mayoritariamente que la imagen de su país es “desastrosa y vergonzosa”.