FP en español habla con Marco Travaglio, uno de los periodistas italianos que más ha investigado las relaciones entre mafia y política, sobre las enfermedades crónicas que sufre su país.

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FP en español: En estos momentos, la popularidad del primer ministro italiano es bastante alta. ¿Cree que la crisis económica terminará erosionándola o el Ejecutivo está tomando las medidas necesarias para que el país salga de la crisis?

Marco Travaglio: El Gobierno no está haciendo nada para salir de la crisis. Absolutamente nada. El problema es lo que ocurre con la opinión pública en mi país. Dado que Silvio Berlusconi controla directa o indirectamente un gran porcentaje de los medios de comunicación, es fácil trasladar a la opinión pública la impresión de que tanto su Gobierno como él están trabajando de un modo muy activo en la resolución de los problemas. Y esto vale tanto para la política económica como para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto o los asuntos de seguridad. La alta tasa de popularidad del Presidente se explica por las grandes tormentas mediáticas de autopromoción, que tratan de ofrecer una imagen que poco tiene que ver con la realidad. En unos meses, cuando pasen esas tormentas y se deposite el polvo levantado que disimula su inactividad, se descubrirá que no se han materializado medidas útiles para Italia.

FP. ¿Cabe esperar un líder y un programa de la oposición que supongan una alternativa a Berlusconi?

M.T. La oposición es inexistente, si exceptuamos el partido del ex fiscal anticorrupción Antonio Di Pietro. La formación mayoritaria de la oposición, el Partido Democrático, creado a finales de 2007, en realidad nació ya muerto. Se constituyó a partir de políticos provenientes de la vieja democracia cristiana y del antiguo partido comunista. En otras palabras, la misma clase política decrépita, fósil y jurásica que está en el Parlamento desde hace 30 años. Se puede entender que no resulte una alternativa apetecible para los electores. De hecho, muchos de sus votantes les están abandonando  en favor del partido de Di Pietro, Italia de los Valores. No porque sea especialmente brillante, o crea que es un gran estadista, sencillamente porque hace lo que se supone que tiene que hacer la oposición: se opone.

FP. ¿En su opinión, será capaz Gianfranco Fini de erigirse en el nuevo líder de la derecha italiana tras la unificación de su partido con la formación de Berlusconi?

M. T. Fini se ha convertido en un político que representa y defiende a las instituciones. Se ha posicionado, por ejemplo, a favor de la laicidad del Estado frente a las continuas intromisiones de la Iglesia en  la política. También ha criticado las posiciones xenófobas de algunos de los miembros de la coalición de Gobierno y, muy importante, ha mantenido que se debe respetar la dignidad y el papel del Parlamento, que ahora preside, y su estatus constitucional frente a las aspiraciones totalitarias de Berlusconi. Es un exponente de una derecha moderna, aunque provenga del fascismo. El problema de Fini es que aunque goza de un gran respeto entre la opinión pública, en la actualidad, no cuenta con el poder necesario en las altas esferas de centro derecha como para hacerse con el control del Pueblo de la Libertad, el nuevo partido que aglutina el voto de derecha

FP. ¿Hasta qué punto se ha convertido Italia en un país racista?

M.T. Italia no es un país racista. Pero, como ocurre en otros lugares, sí tenemos racistas. Hasta no hace mucho, quien tenía inclinaciones xenófobas se cuidaba de manifestarlas, puesto que sabía que no estaban bien vistas socialmente. Ahora, en cambio, estas personas se sienten amparadas por muchos políticos, incluidos algunos ministros, que realizan declaraciones racistas sin ningún pudor. El Gobierno se ha sumado a esta tendencia, debido en gran parte a su incapacidad para responder a las exigencias de seguridad de los ciudadanos frente a la criminalidad italiana y extranjera. Ha optado por criminalizar a los inmigrantes, una estrategia política que enmascara problemas muy graves. El principal problema es la falta de voluntad para combatir a las propias mafias italianas. Es sabido que en nuestro Parlamento se sientan representantes de la Camorra, de la Mafia y de la ‘Ndrangheta. Si no puedes o no quieres combatir a las propias mafias nacionales, estás propiciando que otras internacionales encuentren en Italia un territorio propicio para dedicarse a sus negocios.

FP. ¿Qué piensa de la opinión de algunos politólogos y analistas que dicen que Italia corre el riesgo de convertirse en ciertos aspectos en un Estado fallido?

M.T. Italia es un paraíso fiscal, penal y contable. Quien desee venir a delinquir lo puede hacer casi libremente, sea un hombre de finanzas sin escrúpulos que quiere cometer falsedad contable, o sea una estructura dedicada a blanquear dinero, dado que se han producido condonaciones del dinero negro generado por la evasión fiscal. Estamos hablando de un país en el que existe un alto grado de tolerancia respecto a la ilegalidad. Creo que desde Bruselas se debería exigir a Italia cumplir con una serie de estándares mínimos de ética pública, de transparencia de las administraciones y de libertad de prensa.

FP. ¿Cuáles serán las consecuencias para el país de la anunciada reforma legislativa, de corte federalista, que remodelará la gestión de la fiscalidad?

M.T. Es una ley bastante confusa. Difícil de entender y, en consecuencia, de explicar. Lo que está claro es que para implementar esta reforma se deberá crear toda una nueva burocracia regional que vendrá a sumarse a la burocracia central. Y para pagarla o se subirán los impuestos o se tendrá que financiar con deuda pública. Ese es ya un problema de partida de esta reforma, la duplicación de la burocracia, una solución muy italiana para acometer reformas: añadir una nueva estructura burocrática para responder al clientelismo de las provincias.

FP. ¿Entra en los planes de Silvio Berlusconi convertirse en Presidente de la República con el fin de terminar su carrera política en un puesto de prestigio y asegurarse así la inmunidad frente a los procesos en marcha contra él?

M T. Es posible que Berlusconi aspire a convertirse en Presidente de la República para seguir manteniendo la inmunidad procesal. Pero no creo que acepte convertirse en una figura decorativa, dado que en Italia el Presidente de la República no tiene casi poder. No veo a Berlusconi reducido a un papel semejante, es una persona que necesita ejercer el poder.

 

El periodista italiano Marco Travaglio, que colabora en el programa Annozero de la cadena RAI, ha ganado este año el premio a la libertad de prensa de la Asociación de Periodistas Alemanes.