La religión es el significado principal de varias ciudades del mundo. La preeminencia religiosa es a veces una bendición espiritual y económica, en otras ocasiones una forma de poder político; en el peor de los casos, puede ser la brecha que imposibilita la convivencia. He aquí una muestra de las urbes donde la fe es siempre su hilo conductor. ¿Qué sucede con las minorías?

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FAYEZ NURELDINE/AFP/Getty Images Gran Mezquita, La Meca.

La Meca (Arabia Saudí)

La ciudad más sagrada del islam recibió el año pasado más de tres millones de fieles durante el Hajj, la peregrinación obligatoria para todo musulmán. Las cifras son las mayores registradas hasta la fecha, pero además la Umrah, peregrinación de menor importancia que el Hajj, lleva hasta la ciudad del Profeta a más de seis millones de fieles repartidos a lo largo del año. El islam es la religión con mayor tasa de crecimiento del mundo, por lo que la afluencia de fieles seguirá en aumento en la ciudad santa. Cuando se completen las actuales obras de  expansión en torno a la Gran Mezquita, la superficie del recinto se ampliará hasta poder albergar a más de dos millones de personas al mismo tiempo. Entre ellas sólo habrá musulmanes, ya que la prohibición de que los seguidores de otros credos accedan a la ciudad sagrada está recogida en el Corán y es debidamente aplicada por las autoridades. Los motivos exactos de esta restricción son objeto de debate y, normalmente, se fundamentan en preservar la pureza de la urbe y sus espacios de culto, así como en evitar mayores aglomeraciones, turismo curioso e impío u otros elementos que puedan distraer de los deberes espirituales.

El inmenso atractivo religioso de la ciudad es también un factor económico de primera magnitud y forma parte de los actuales esfuerzos de las autoridades saudíes por diversificar sus fuentes de riqueza más allá del petróleo. El auge del turismo religioso en La Meca, y en menor medida en Medina, contribuirá a que el sector mantenga un crecimiento medio anual del 6,7% hasta 2014 en Arabia Saudí.

Qom (Irán)

Qom, ciudad santa del islam chií, es también el nervio central de la fusión entre religión y política propia de Irán. Si bien otros bastiones del chiísmo, como Nayaf o Kerbala en Irak, o Masshad en Irán, tienen mayor carácter sagrado, ninguno posee la influencia geopolítica de Qom como baluarte de esta rama del islam. Cuna espiritual y política del ayatolá Jomeini, también es el mayor centro mundial de estudios chiíes y se estima que hay en la ciudad más de 50.000 estudiantes de alrededor de 70 países. Además, recibe también a visitantes no musulmanes, con excepción de su lugar más venerado, el santuario de Fátima Masuma, hermana de Alí, donde es requerido el acompañamiento o guía de un musulmán para poder acceder al recinto. La influencia político-religiosa de Qom es visible en la rivalidad que mantiene con otro de los principales seminarios del chiísmo, el de Nayaf. No obstante, la tradicional pugna entre ambos se decantó decididamente a favor de Qom después de que la represión de Sadam Hussein contra el chiísmo produjera un éxodo masivo de clérigos a la ciudad iraní.

La palpable religiosidad de Qom y las reminiscencias de gestación revolucionaria que aún retiene no son meros blasones del pasado. La burocracia clerical de la ciudad mantiene una poderosa influencia en los gobiernos nacionales, lo que ha imprimido en los distintos mandatos post revolucionarios un sello marcadamente religioso. A su vez, el inmenso poder de los clérigos de Qom enturbia el frágil contexto de Oriente Medio: recientemente han pronunciado fatuas animando a sus seguidores a luchar en Siria a favor del presidente Al Assad, perteneciente al credo alauí, derivado del chiísmo.

Varanasi y las ciudades del Sapta Puri (India)

El Sapta Puri está formado por siete ciudades sagradas hinduistas repartidas por el territorio indio. Impregnadas de una religiosidad que destaca incluso en una nación eminentemente piadosa, las ciudades del Sapta Puri se mueven al ritmo de los millones de peregrinos que las visitan. La urbe más conocida del Sapta Puri es Varanasi, la más sagrada entre las sagradas, y también un punto de violentas fricciones entre la mayoría hindú y los musulmanes. En 2010, más de treinta hindúes murieron en un atentado perpetrado por extremistas islámicos en una de las escalinatas que conducen al río Ganges. El motivo aducido por los terroristas para justificar el ataque está relacionado con otra de las ciudades del Sapta Puri, Ayodhya, donde en 1992 una turba destruyó una mezquita que, según su versión, se asentaba en un lugar de culto hindú. Los perpetradores del atentado de Varanasi en 2010 afirmaron haberlo hecho como represalia por la destrucción de la mezquita. Esta violencia amenaza con alterar la permisividad con la que los no hindúes pueden visitar las ciudades sagradas y contemplar en vivo los rituales religiosos. A raíz de los ataques, radicales hindúes han pedido que se prohíba la entrada a seguidores de otras religiones en los espacios sagrados del hinduismo.

Otras ciudades del Sapta Puri no tienen esa tradición de enfrentamiento interreligioso: en Kanchipuram, hindúes y musulmanes participan en las festividades religiosas de la otra comunidad. La religiosidad de otras de estas urbes sagradas ha dado lugar a mortales estampidas provocadas por el fervor de los peregrinos. Mathura, lugar de nacimiento de Krishna según las escrituras, sufrió una de estas estampidas el año pasado, dando muerte a doce personas. La ciudad de Haridwar fue escenario de otra grave estampida de devotos en 2011, mientras que los peregrinos que visitaban Ujjain corrieron la misma suerte en 1996.

Jerusalén (Israel)

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MENAHEM KAHANA/AFP/GettyImages Muro de las Lamentaciones, Jerusalén.

Jerusalén es considerada una ciudad sagrada por las tres grandes religiones monoteístas. Sin embargo, la monumental espiritualidad de esta urbe da lugar a fricciones que inciden profundamente en la vida urbana. A pesar de que Israel goza de plena libertad religiosa desde 1967, el Gobierno estadounidense denunció hace tres años que las normas de protección de los lugares santos, radicados fundamentalmente en Jerusalén, sólo se aplican a los pertenecientes al judaísmo (a los demás no los reconoce el Ejecutivo israelí como lugares sagrados y no trabaja en ninguna ley que les favorezca), por lo que los espacios de culto de las otras religiones están protegidos de forma indebida.

Jerusalén es, en su calidad de ciudad sagrada, la manifestación más relevante de la dimensión religiosa del conflicto palestino-israelí, pero también es el escenario contemporáneo de una lucha entre secularismo, modernización religiosa y tradición. Uno de los actuales frentes de esa disputa es el derecho de las mujeres judías a llevar a cabo rituales religiosos en las zonas del Muro de las Lamentaciones reservadas a los hombres. Grupos de mujeres han protestado contra la prohibición de usar esos espacios, algunas de ellas han sido detenidas y su reivindicación ha ido ganando adeptos hasta convertirse en una amenaza a los sectores más tradicionales. La resistencia a permitirles el acceso a esta zona de rezos proviene sobre todo de los ultraortodoxos, una comunidad creciente en la ciudad y cada vez más asertiva en sus actividades de erradicación de las actitudes contrarias a su severa norma religiosa.

Ningún día ejemplifica mejor que el sábado la religiosidad de Jerusalén. El descanso prescrito para el shabbat se sigue con mayor intransigencia en esta ciudad que en ninguna otra: no hay transporte público, el comercio cierra, se prohíbe trabajar y usar interruptores eléctricos. Al haberse llevado estas prohibiciones al extremo en algunas zonas de la ciudad, han llegado a producirse graves enfrentamientos entre residentes ortodoxos y laicos. Hace cuatro años, los periódicos israelíes hablaban de una guerra santa después de que unos y otros colisionaran por la apertura de un aparcamiento municipal que funcionaba los sábados y que provocó una rebelión entre los sectores más píos. A medida en que la población ultraortodoxa siga creciendo e imponiendo su ley, los conflictos en torno al día sagrado irán también en aumento.

Provo-Orem (Estados Unidos)

El núcleo del puritanismo estadounidense tiende a situarse en el Bible Belt, el bastión evangélico que se extiende por los estados del sureste; sin embargo, según un estudio de Gallup, el municipio más religioso del país se encuentra en el oeste, en Provo-Orem (Utah). El 77% de los habitantes de esta área metropolitana se definen como "muy religiosos", una cifra considerablemente superior a la de la segunda clasificada, Montgomery (Alabama), y a años luz del municipio más descreído del país, Burlington (Vermont), donde sólo el 17% de los encuestados dicen ser muy religiosos. Por su parte, en el conjunto de Estados Unidos, la media de personas que se consideran muy creyente ronda el 40%.

Provo-Orem, epicentro de la Utah mormona e imán educativo y familiar para los miembros de esa comunidad religiosa, posee un inmenso repertorio de atractivos espirituales; el municipio alberga la universidad mormona Brigham Young y el principal centro de formación para misioneros de este credo. Esto, unido a una proporción de mormones cercana al 90%, hace de Provo-Orem un paraíso terrenal para los adscritos a esa fe. Ese paraíso, además, es el área metropolitana que más rápido se expande del país. La mayor expresión colectiva de religiosidad tiene lugar cada domingo, día sagrado de descanso y concentración espiritual, cuando la ciudad se paraliza, la Brigham Young prohíbe jugar a los equipos deportivos y la mayor parte de los comercios (incluyendo muchas gasolineras, a pesar de la égida del coche como medio de transporte) cierran durante todo el día.

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HECTOR GUERRERO/AFP/Getty Images Visita de Benedicto XXI a Guanajuato.

Guanajuato (México)

Situada en el centro de México, Guanajuato es la capital del estado homónimo, frecuentemente considerado el bastión católico de la República. La singularidad que mejor retrata el conservadurismo de esta ciudad es la vigente prohibición de que las parejas se besen o muestren afecto físico en público. A su vez, la Justicia de Guanajuato causó estupor en 2010 después de dictar penas de cárcel contra siete mujeres por abortar.

La distinción de Guanajuato como repositorio del catolicismo más fervoroso le valió ser elegida como el destino del viaje a México del papa Benedicto XVI el año pasado, todo un premio al mantenimiento de los valores católicos en un país que, a pesar de su generalizada religiosidad, ha visto cómo la propia capital federal aprueba leyes liberalizadoras en materias tan sensibles como los derechos de los homosexuales y el aborto. El Vaticano alegó que el hecho de visitar Guanajuato en lugar de México DF se debía a proteger la salud de Ratzinger, debido a la gran altitud de la capital. No obstante, todo parece indicar que la decisión papal fue un espaldarazo a la pía resiliencia de Guanajuato, y la ciudad y el estado no defraudaron: a pesar de la pobreza del territorio, las administraciones gastaron millones para recibir a Benedicto.

Jos (Nigeria)

Jos, con un millón de habitantes, se sitúa geográficamente en la línea divisoria entre el sur de Nigeria, predominantemente cristiano, y el norte musulmán. Es por tanto el máximo punto de tensión de una antigua animosidad que amenaza con llevar al país más poblado de África a una guerra religiosa. La ciudad es uno de los escenarios predilectos para los ataques de los radicales islámicos de Boko Haram y acumula ya miles de muertos de uno y otro credo en los últimos diez años. Sólo entre enero y junio de este año 481 personas fueron asesinadas por el conflicto religioso en el estado de Plateau, del que Jos es capital. La violencia ha hecho trizas la tradicional convivencia entre ambas religiones, que ahora viven segregadas y con contactos mínimos.

Si bien la identidad religiosa es lo que define el conflicto en Jos, las disputas no tienen una dimensión puramente sacra, sino que cristianos y musulmanes han peleado tradicionalmente por dirimir cuál de los dos grupos fue el primer morador de ese territorio y debe por ello tener prioridad. Desde la intervención del Ejército nigeriano, la violencia de los extremistas ha remitido en Jos; sin embargo, sigue siendo el punto más ancho de la brecha religiosa por la que parecen precipitarse ciertas partes de Nigeria.