YouTube ha convertido a guitarristas de andar por casa en estrellas de rock. Esta moda no hubiera prosperado si no se produjera el intercambio gratuito de música en la Red, que puede tener los días contados. Desde el verano, al menos veintiún webs que ofrecían este servicio han sido cerradas tras las amenazas de la Asociación Nacional de Editores de Música (NMPA, en sus siglas en inglés), con sede en EE UU, de tomar medidas legales por violar los derechos de autor. La NMPA dice que “la comunidad musical está sobre todo formada por compositores desconocidos” que necesitan dinero. Hace siete años, un argumento también basado en el artista hambriento desencadenó la batalla contra Napster.